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La vendimia, tardía pero con buenas perspectivas en cantidad y calidad

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Según ha señalado a eldiarioclm.es, Juan Fuentes Rus, portavoz sectorial de Vino de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, la vendimia, que comenzó la semana pasada para la variedad moscatel que es la más temprana, llega con unos 15 días de retraso con respecto a la media de los últimos 10 años, debido principalmente a las abundantes lluvias de la primavera y a las temperaturas más bajas, que han propiciado una maduración más lentas de los frutos. De hecho, con respecto al pasado año en la que las temperaturas fueros mucho más altas y la maduración más rápida, la vendimia ha comenzado un mes después.

Este año «estamos ante una vendimia muy tranquila, se está haciendo muy despacio, selectiva, viendo finca por finca porque cada viña es diferente. La uva evoluciona en su maduración muy lentamente. Las cosechas tardías son así», ha señalado.

La primera recolección de uva está dejando muy satisfechos los técnicos: “Lo que se recoge es muy bueno porque las cosechas tardías traen esto: uva muy equilibrada, buena acidez, un buen punto de madurez, estamos muy contentos con lo que está entrando en la bodega en estos momentos”.  Quizá por la maduración más lenta, se espera que la graduación de alcohol sea algo más baja que en años anteriores.

En estos momentos el tiempo está acompañando a las labores de vendimia. “Tenemos un tiempo extraordinario”, ha señalado Fuentes que espera que no llueva en los próximos días y que no se presenten dificultades al final de la vendimia prevista para mediados de octubre. Por variedades, ha empezado ya la vendimia de la uva moscatel, la más temprana, junto con la chardonnay y la sauvignon blanc, seguirá la verdejo, macabeo y las tintas, merlot y tempranillo, para cerrar con la cabernet sauvignon, la más tardía de todas.  

En cuanto a la cantidad, las previsiones también son optimistas: se espera que esté entre un 15 y un 20 por ciento por encima de la del pasado año, llegando a cantidades normales, sobre los 23-24 millones de hectólitros en Castilla-La Mancha.

Según Fuentes Rus, la única zona que presenta algún problema es La Manchuela, donde ha habido algunos daños en su variedad mayoritaria, la bobal. “La bobal que es muy sensible a las bajas temperaturas de primavera, es un problema que llaman marchitez fisiológica por temperaturas bajas y ha afectado a gran parte de los viñedos de esta zona, lo que va a hacer que la cosecha se vea mermada”.

Según ha señalado a eldiarioclm.es, Juan Fuentes Rus, portavoz sectorial de Vino de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, la vendimia, que comenzó la semana pasada para la variedad moscatel que es la más temprana, llega con unos 15 días de retraso con respecto a la media de los últimos 10 años, debido principalmente a las abundantes lluvias de la primavera y a las temperaturas más bajas, que han propiciado una maduración más lentas de los frutos. De hecho, con respecto al pasado año en la que las temperaturas fueros mucho más altas y la maduración más rápida, la vendimia ha comenzado un mes después.

Respecto al resto de las comarcas, se pueden presentar algunos problemas puntuales de oídio, por supuesto no generalizados, que afectará a la calidad y cantidad, pero muy puntuales y sólo en determinadas fincas”, ha señalado.

Ciudad Real abre la campaña

Por lo que respecta a la zona más grande e importante de la Región, La Mancha, participa de la situación general. La provincia de Ciudad Real ha empezado la recolección pero también con una marcada demora con respecto a otras campañas.

Según ha señalado Juan Nieto, director técnico de Bodegas El Progreso, en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real, donde la última semana de agosto se dio el pistoletazo de salida a la vendimia con la recogida de la chardonnay, los primeros remolques de uva “están llegando con buen estado sanitario, con una relación de grado acidez muy adecuada y equilibrada, incluso nos ha sorprendido porque está entrando con una acidez más elevada que otros años”.

La comúnmente llamada “reina de las blancas”, por su potencial aromática, capacidad de envejecimiento y vinos con mayor estructura, es también “una variedad más delicada, con la pulpa más pequeño pero muy apretado, y con una carga de producción baja, lo que conlleva un mayor presencia de polifenoles lo que permite vinos de excelente calidad”, remarca Jesús Julián Casanova, viticultor, Presidente de Bodegas El Progreso y vocal en el Consejo Regulador.

La vendimia se ha extendido  prácticamente al conjunto del viñedo manchego durante la última semana de agosto. En bodegas Yuntero, y Vinícola de Castilla, en Manzanares, Ciudad Real, también funcionan sus tolvas con la recepción de la moscatel, una variedad blanca implantada en La Mancha en las últimas décadas con un buen comportamiento aromático para ensamblaje con otras variedades de uva blanca.

En La Mancha toledana, bodegas Altovela de Corral de Almaguer y Bodegas Latúe, de Villanueva de Alcardete también han arrancado la vendimia de la moscatel con un buen equilibrio de maduración en el fruto.

En la provincia de Albacete, municipios como Villarrobledo esperan iniciar su vendimia para finales de esta semana. Es el caso de bodega Pago de la Jaraba, donde los últimos muestreos técnicos apuntan a su recogida de la sauvignon blanc casi en septiembre.

Motor económico de empleo

El inicio de la campaña de vendimia en la región supone también, según ha señalado Ángel León, secretario general de CCOO Industria en Castilla-La Mancha, “el mayor acontecimiento laboral de la región”, que generará entre 750.000 y 900.000 jornales, “lo que da medida de su impacto laboral, que se obvia demasiado a menudo. La vendimia es, ante todo, trabajo. Las tablillas con el precio del hectolitro/grado vienen después.”

Pese al progresivo avance del cultivo en espaldera, que permite mecanizar la recolección de la uva, el viñedo de Castilla-La Mancha está empleado esta campaña entre 25.000 y 30.000 personas, la mayor parte de ellas inmigrantes. “Hay que poner en valor y reconocer socialmente el papel de estas personas; y hay que exigir a los empleadores honestidad y cumplimiento de la legislación laboral”, reclama León.

“Los viticultores deben cotizar las jornadas reales de trabajo, pagar al menos lo que marca el convenio colectivo de referencia en cada provincia y, junto con los ayuntamientos, deben garantizar a los temporeros alojamientos dignos. No puede haber temporeros sin duchas ni inodoros, tirados en colchonetas junto a tractores de 80.000 o 100.000 euros”, resume León.

El sindicato está distribuyendo hojas informativas sobre la jornada, salarios, recomendaciones sobre los contratos de trabajo y alta en la Seguridad Social, alojamientos para los trabajadores inmigrantes o que se desplacen largas distancias desde su domicilio habitual, prevención de riesgos laborales y posibles irregularidades en materia laboral.

Además, desde Comisiones Obreras mantienen su campaña contra los abusos y el fraude en las campañas agrícolas, así como un servicio de consulta y de denuncia on-line, totalmente anónimo.  “A lo largo del verano estamos atendiendo consultas, pero, afortunadamente, no hay denuncias de situaciones que podamos calificar de graves”, señala por su parte Ángel León.

“En los últimos años, gracias en gran medida a la presión y la denuncia sindical y a la labor de la Inspección de Trabajo y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, hemos avanzado en los tres pilares de las relaciones laborales asociadas a la vendimia: contratación y cotizaciones, salarios y alojamientos.”

“Pero siguen cometiéndose fraudes; siguen produciéndose abusos y persisten los escenarios indignos en las condiciones de vida de los temporeros y de sus familias», explica. Por eso, «es necesario intensificar los controles, y es necesario imponer a los incumplidores sanciones ejemplarizantes. Todos los viticultores deben saber que no vale la pena incumplir la Ley, que sale caro”, ha señalado.

Este año «estamos ante una vendimia muy tranquila, se está haciendo muy despacio, selectiva, viendo finca por finca porque cada viña es diferente. La uva evoluciona en su maduración muy lentamente. Las cosechas tardías son así», ha señalado.

La primera recolección de uva está dejando muy satisfechos los técnicos: “Lo que se recoge es muy bueno porque las cosechas tardías traen esto: uva muy equilibrada, buena acidez, un buen punto de madurez, estamos muy contentos con lo que está entrando en la bodega en estos momentos”.  Quizá por la maduración más lenta, se espera que la graduación de alcohol sea algo más baja que en años anteriores.

En estos momentos el tiempo está acompañando a las labores de vendimia. “Tenemos un tiempo extraordinario”, ha señalado Fuentes que espera que no llueva en los próximos días y que no se presenten dificultades al final de la vendimia prevista para mediados de octubre. Por variedades, ha empezado ya la vendimia de la uva moscatel, la más temprana, junto con la chardonnay y la sauvignon blanc, seguirá la verdejo, macabeo y las tintas, merlot y tempranillo, para cerrar con la cabernet sauvignon, la más tardía de todas.  

En cuanto a la cantidad, las previsiones también son optimistas: se espera que esté entre un 15 y un 20 por ciento por encima de la del pasado año, llegando a cantidades normales, sobre los 23-24 millones de hectólitros en Castilla-La Mancha.

Según Fuentes Rus, la única zona que presenta algún problema es La Manchuela, donde ha habido algunos daños en su variedad mayoritaria, la bobal. “La bobal que es muy sensible a las bajas temperaturas de primavera, es un problema que llaman marchitez fisiológica por temperaturas bajas y ha afectado a gran parte de los viñedos de esta zona, lo que va a hacer que la cosecha se vea mermada”.

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