«Hay que mantener y respetar a la agricultura, que se ha demostrado en la pandemia que es esencial»

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El agricultor Cesáreo Cabrera valora la actividad agraria y su contribución a la lucha contra la despoblación en los núcleos rurales

El agricultor villarrubiero Cesáreo Cabrera reivindica la importancia de la producción de alimentos en crisis sanitarias como la pandemia mundial del coronavirus y pide “respetar y mantener” la agricultura como servicio esencial en cualquier periodo de tiempo.

Salud y alimentación son, a su juicio, “las dos cosas más importantes en la vida”, y como binomio han brillado con luz propia desde que se decretó en España el estado de alarma el pasado 14 de marzo.

Otra cosa es la agricultura como actividad económica pues, más allá de su importancia como industria, tiene, según opina Cabrera, “escasa rentabilidad” entre los productores.

“Si miráramos la agricultura como negocio, no existiría”, señala quien ha presidido durante años la cooperativa El Progreso de Villarrubia de los Ojos y el grupo comercial Vidasol (agrupa a varias cooperativas de vino de municipios de varias provincias), porque “para un año bueno que tenemos, vienen ocho malos y no compensa”.

“Los jóvenes no quieren trabajar en el campo”, advierte, y “han desaparecido muchas explotaciones” por los muchos costes de producción y los escasos beneficios». Con todo, valora la actividad agraria y su contribución a la lucha contra la despoblación en los núcleos rurales.

A sus 65 años y recién jubilado, Cabrera sigue ayudando a sus hijos en el campo, y considera que para atraer a nuevas generaciones de agricultores, las administraciones regional o nacional no sólo han de conceder ayudas a la incorporación, sino al mantenimiento de las explotaciones. Pide políticas “más efectivas” para atender las necesidades del sector.

Vino y aceite

Ahora en plena pandemia, lamenta la situación de los sectores del vino y el aceite, totalmente lastrados por el cierre del turismo y el canal Horeca (restauración y hoteles), mientras que “en las farmacias no hay alcohol”.

En el caso del vino, a juicio del agricultor, haría falta una destilación de crisis para uso industrial y atender las necesidades sanitarias de la pandemia, a partir del alcohol vínico, sobre todo por los condicionantes limitantes en las operaciones comerciales con países como Estados Unidos.

La imposición por parte de este país, principal mercado de exportación de vino de la Unión Europa, de derechos de importación adicionales para sus vinos ha repercutido en las exportaciones nacionales, lamenta.

Por ello, la transformación “tendría un beneficio económico” ante la casi paralización de los mercados internacionales, “con pocas salidas por la situación que vivimos y por las penalizaciones”.

Además urge esta medida, ya autorizada por la Comisión Europea, ante la llegada la cosecha nueva “que no va a caber”.

Respecto al sector del aceite “sigue con menos exportaciones y no se mueven precios”, señala, a la ve que denuncia las operaciones  en las grandes superficies “que nos manejan como quieren a los agricultores”.

“Sólo pedimos que podamos cubrir nuestros gastos”, indica.

Daño de la crisis sanitaria

Es la primera vez en las últimas décadas que vino y aceite, señala Cabrera, viven una crisis de este calado, dado que en la financiera de 2008 “tuvieron buen comportamiento en los mercados internacionales”, con precios “dignos”.

El escenario actual es muy distinto para ambos productos, “sin operaciones exteriores, ni turismo ni celebraciones”, aunque “lo principal es la salud y que haya las menores pérdidas posibles de personas”.

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