BAILES REGIONALES Y ALGUNAS DE SUS ANTIGUAS CANCIONES

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Antiguamente era tradicional en las medianas y grandes cuadrillas de vendimiadores y aceituneros, cuando iban por temporada a las quinterías, en el tiempo de descanso al finalizar la jornada, y a la luz del clásico candil, formar bailes al son de cualquier instrumento, en el que, a veces, a falta de guitarras y bandurrias la rondalla solía tocar la sartén de guisar las típicas migas, el cubo de dar agua a las caballerías, botellas de superficie ondulada, acompañados por el mango del almirez y las cucharas, cantándole al amor y a los sentimientos, puesto de relieve a través de esta manifestación del baile, tan antiguo como el hombre mismo.

No era raro ver a los mozos salir con sus guitarras y bandurrias a dar una “güelta” (vulgarismo local) por las calles del pueblo y estacionarse en alguna plaza o esquina para cantar a la doncella que amaban.

También en los Domingos y días festivos, o en la celebración de alguna boda o bautizo, en muchas casas, se celebraban estos típicos bailes, en los que, en familia y amigablemente, participaban jóvenes y de todas las edades.

En 1949, la villarrubiera Pilar Moreno, acudió a Ciudad Real a un curso de auxiliar de enfermería que organizó la Sección Femenina. Allí aprendió a bailar nuestro actual Fandango de Villarrubia y las Seguidillas Manchegas. Cuando regresó a nuestra localidad, se unieron a ella algunas personas, que ya estaban recuperando bailes tradicionales de nuestro pueblo, formando un grupo al que denominaron Virgen de la Sierra, ataviados con los típicos trajes regionales que con ella, amantes del folclore, intentaron poner en práctica todo lo aprendido y sacar a la luz nuestros bailes.

Retomando la iniciativa de Pilar Moreno, Isabel Peñuelas, ya casi a mediados de los años 1950, no se sabe si fue con el mismo Grupo, tuvieron su actividad en varios acontecimientos locales y provinciales y en la Feria del Campo, que de modo anual se celebraba en Madrid, donde se exponían productos de la tierra, amenizaban con sus actuaciones, exponiendo también nuestra forma popular de diversión; aquel grupo fue perdiendo actividad; y a finales de la década 1950 y principios de los años 1960 surgió en Villarrubia, de una forma organizada, un nuevo grupo de Coros y Danzas, con la misma denominación, formado por chicas y chicos jóvenes, ataviados también con los típicos trajes regionales que, con Teresa Pozuelo Ruiz al frente, pasearon por nuestra Geografía, con notorio éxito, nuestros bailes regionales, bailando la jota y las seguidillas manchegas, y, sobre todo, el fandango de Villarrubia, al son de guitarras, bandurrias y castañuelas.

Con posterioridad a la desaparición de aquel grupo, en Villarrubia, han nacido otros que no llegaban a cuajar de una forma continua y estable, pues el grupo que más ha durado de aquellos años ha sido el de Brígido Úbeda-Portugués. Pero este grupo, por las circunstancias que fueran se deshizo, por lo que hubo unos años sin grupo folklórico.

Con Brígido hubo dos chicas jóvenes, Mª Dolores Cañadilla Medina y su hermana Amparo, que unos años después, en 1995, lograron formar un grupo que tiene visos de larga duración, pues se constituyeron, de una forma reglamentada, como Agrupación Folclórica Señora de la Sierra, con sus estatutos registrados en el Organismo Oficial competente, y pertenece a la Federación Castellano-Manchega de Asociaciones de Folklore, y a la CONFEE. En la actualidad cuenta con 13 parejas mixtas, 5 cantantes, una rondalla de 11 músicos y una escuela de Baile que cuenta con unos 100 niños, que es un vivero importante para que este tipo de tradiciones, con savia nueva, no se pierda. La actuación de este grupo ha estado sacando a la luz parte de la historia de nuestro pueblo, rescatando costumbres y raíces; llevando por nuestra geografía, y fuera de ella, el nombre de Villarrubia de los Ojos.

Pues han actuado en el Festival Internacional de Passil en Portugal y en el Festival Europeo de la Cultura y Folklore celebrado en Bélgica, en la ciudad de Geel, durante seis días, del 14 al 19 de agosto de 2002. Y del 23 al 25 de junio del presente año han participado otra vez, en Geel, en un intercambio cultural, acompañados por nuestro Alcalde y parte de la corporación municipal.

Reseñamos brevemente algunos lugares en los que han actuado dentro de la geografía española:

Provincia de Albacete: La Roda. Provincia de Ciudad Real: Alcolea de Cva., Almuradiel, Arenas de San Juan, Ballesteros de Cva., Carrión de Cva., Fernancaballero, Fuente el Fresno, Horcajo de los Montes, Membrilla, Navalpino, Piedrabuena, La Solana, Tomelloso, Valdepeñas, Villanueva de la Fuente, y Villarta de San Juan. Provincia de Cuenca: Las Mesas y Las Pedroñeras. Provincia de Toledo: Consuegra, Fuensalida, Madridejos, Mora, Orgaz, Puebla de Almoradiel, Puebla de Montalbán, Recas, Tembleque, Villacañas, Villanueva de Bogas y Yepes.

Y además han participado en las fiestas de Aluche (Madrid), en Arteixo (A Coruña), en Benidorm, en Burgos, en Soria, en el Festival Internacional de San Miguel de Reinante en Lugo, en el Festival Internacional de Navalmoral de la Mata en Cáceres, en Murcia en dos ocasiones, en el Festival Nacional de Avilés (Asturias), en el Festival Internacional de Cedillo (Cáceres), en el Festival Nacional de Lucena del Cid (Castellón), en Ciudadela (Menorca) etc…

Coreografía del Fandango de Villarrubia

La coreografía de este fandango tiene una belleza plástica, muy singular. A los acordes de guitarras y bandurrias, lo bailan varias parejas en grupos de cuatro personas, pudiendo componer el baile tantos grupos como se deseen. Hombres y mujeres van acompañados de castañuelas en las manos para marcar los movimientos; cuando un brazo está elevado la pierna opuesta lo está también, alternando en estos movimientos brazos y piernas. Se cantan seis coplas y en los intervalos de copla y copla se marcan seis pasos. Al iniciarse cada cantar el “bailaor” gira sobre sí mismo para cambiar de pareja, bailando entonces, mientras dura la copla, una jotilla, volviendo a su posición inicial cuando se termina de cantar, continuando con su pareja bailando el fandango propiamente dicho; y así sucesivamente se repite el ciclo hasta que se canta la sexta coplilla.

Este fandango, por su vistosidad y belleza singular, desde aquella década de los 50, es enseñado por las diversas escuelas de bailes regionales existentes en Ciudad Real, siendo bailado por muchos grupos folclóricos populares de nuestra provincia, habiendo ganado el Grupo de Coros y Danzas de Ciudad Real (hoy Grupo Mazantini), premios importantes con él fuera de nuestras fronteras.

Coreografía de la Jota

La jota es uno de los bailes más conocidos en toda España. De ahí que la jota manchega perdure todavía en nuestro pueblo con vigor juvenil y olor a solera folclórica.

Acerca del origen de la jota, nunca se han puesto de acuerdo los historiadores y musicógrafos. Según palabras del profesor aragonés Ruperto Ruiz de Velasco, pronunciadas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en 1910 la jota es así: “El aire de la jota es noble, franco, enérgico, amatorio y cuadrado ritmo; su modo es mayor. Y los aires españoles que se derivan de la influencia islámica son blandos, sentimentales, muelles de melodía curva, de ondulante ritmo; y los modos son menores”.

Este es tal vez el caso de la jota manchega, en donde se ve palpablemente esa influencia islámica a que se refiere el Sr. Ruiz de Velasco, como resultado, sin duda alguna, de las invasiones moriscas que padeció La Mancha.

Coreografía de las Seguidillas Manchegas

Las manchegas la pueden bailar varias parejas, generalmente mozos y mozas, y la posición de los bailarines, antes de iniciarse el baile, es esta: los mozos puestas las manos en las caderas, se colocan frente a las mozas, mientras éstas, sujetando las castañuelas en las manos, permanecen con la mano derecha en la cadera y colgando la izquierda, quedando de esta forma preparados hasta que preludia la rondalla, compuesta generalmente por guitarras, bandurrias y panderetas. Seguidamente, el cantor o los cantores hacen la salida, con lo cual puede decirse que se inicia el baile de las manchegas, terminando dicha salida con una ligera inflexión de los bailadores, que se arrodillan hasta tocar en tierra, con la pierna derecha.

Los movimientos del baile de las manchegas son vivos en cuanto al movimiento del cuerpo, de los brazos y de los pies. Estos últimos se mueven en trenzados rápidos, pisando de tacón y de puntillas. Las seguidillas imitan los movimientos principales del fandango.

Aquí en La Mancha las seguidillas se llaman manchegas a secas, lo que está diciendo su arraigo tradicional en esta región. El primer autor que las nombra es Cervantes, según Menéndez Pelayo. Si Cervantes nos habla de ciertas clases de versos, es lógico pensar que este baile se practicase muchos años antes del nacimiento del Príncipe de los Ingenios, por lo que Echeverría Bravo sostiene que nacieron en La Mancha durante el siglo XV.

Canciones amorosas antiguas del Fandango y de la Jota

Hay un amplio repertorio de coplillas que tiene el Fandango y la Jota, de cuatro versos octosílabos, generalmente asonantados el segundo con el cuarto, quedando libre el primero y el tercero; aunque también pueden formar consonancia algunos versos. Más adelante exponemos algunas canciones.

El pueblo de Villarrubia, como manchego que es, en su propio estilo, sencillo, espontáneo y natural cantaba las aventuras de sus quereres, y para las declaraciones amorosas, el hombre del campo, ya fuera gañán o pastor no andaba, como él decía, con “arrodeos” para expresar lo que sentía, y lanzaba, a los cuatro vientos, su leal y sincero amor a la doncella que rondaba, cantadas muchas de ellas en la jota y el fandango, de las que exponemos a continuación algunas:

Arrímate “bailaor”,
arrímate que no pecas,
que el que baila y no se arrima
es comerse el pan a secas.

Eché un limón a rodar
y en tu puerta se paró,
hasta los limones saben
que nos queremos los dos.

Cuando paso por tu puerta
parto pan y voy comiendo,
porque no diga tu madre
que con verte me mantengo.

La aceituna en el olivo
si no la cogen se pasa.
Eso te pasará a tí
morena si no te casas.

De la uva sale el vino,
de la aceituna el aceite
y de mi corazón sale
el amor para quererte.

Toda la semana arando,
con “arao” de vertedera
y no he podido llegar
a tu ventana morena.

Una rubia vale un cuarto
y una morenita dos,
yo me tiro a lo barato
rubia de mi corazón.

Zapatéate serrana
hasta que rompas el suelo,
si se rompen los zapatos
yo te compraré unos nuevos.

Si las declaraciones amorosas de los varones de la gente parda producían estas expresiones de lirismo popular, no son menos interesantes las contestaciones de las doncellas labriegas que entregaban su corazón al varón que adoraban, con una expresión ingenua y encantadora de mujer cristiana y una obstinación férrea. No reparaba en cantar y decir lo que sentían poniendo en sus labios los más mimosos diminutivos, como dicen algunas coplillas cantadas también en la jota y el fandango:

Mi madre me dá de palos,
porque quiero al de la “güina”
y al son de los palos digo
así estuviera en la esquina.

Desde que se fue mi Pepe
mis labios no lo han “besao”
la hierba buena no crece
y el perejil se ha “secao”

Todos los pepitos son
mas dulces que un caramelo,
y yo como soy golosa
por un pepito me muero.

Míralo por donde viene,
y de verlo me vuelvo loca,
con el sombrero en la mano,
y el cigarrillo en la boca.
Dicen que no se besar,
enséñame tu que sabes,
que es obra de caridad,
enseñar al que no sabe.

De tu boca quiero un beso,
de tu camisa un botón,
de tu pensamiento un deseo,
y de tu pecho el corazón.

Lejos estás de mí,
pero no de mi pensamiento,
y nadie podrá borrar
el amor que por ti siento.

Quisiera ser para ti
algo más que una aventura,
ocupar tu corazón
y ser totalmente tuya.

Algunas Canciones seguidillas manchegas

Literalmente considerada, la seguidilla es una estrofa de cuatro versos formada por heptasílabos y pentasílabos. Los impares sin rima y los pares con rima asonantes. También pueden formar consonancia algunos versos. A veces la estrofa puede quedar engrosada por un estribillo de tres versos, con nueva rima los impares quedando libre el segundo verso del terceto. Casi todas ellas amorosas.

Un pastor me pretende
y un hortelano,
prefiero vender leche
que arrancar nabos.

A coger alhelíes
voy a tu patio,
y si no hay alhelíes
contigo un rato.

Con la escoba pequeña,
niña no barras,
que se te ven los picos
de las enaguas.

“Arrempuja” que atranco
con una escoba,
esta noche te espero
que duermo sola.

Con un cuatro y un cinco,
un seis y un cero,
esas son las arrobas
que yo te quiero.

¿Por dónde vas a misa
que no te veo?.
Por un callejoncito
que han hecho nuevo.

Que no te peines, niña,
a lo chulapa,
que no te peines, niña,
que no eres guapa,

Que no te peines, niña,
a lo torero,
que no te peines, niña,
que no te quiero.

Quítate de esa esquina,
so monigote,
no te caiga una teja
que te escogote.

Pues si soy monigote,
tú eres muñeca,
que cuando vas al baile
te pones hueca.

Ciudad Real, mayo de 2006
Fabián Martínez Redondo

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