LAS PROCESIONES Y SU ANTIGÜEDAD

Publicidad

Los desfiles procesiones de Semana Santa, son un medio de recordar y representar solemnemente en la calle algunos pasajes de la Pasión y del Calvario que pasó Nuestro Señor Jesucristo hasta su Muerte en la Cruz, reflejados en los 14 Pasos que en Villarrubia de los Ojos sacan las tres cofradías en los cinco desfiles procesionales, y que van acompañados por gran número de penitentes, en los días de Jueves Santo y Viernes Santo, culminando el Domingo de Resurrección con la esplendorosa procesión de Jesús Resucitado, con una representación de todas y cada una de las Hermandades.

PROCESIONES DEL JUEVES SANTO

La tarde del Jueves, hacia las 8, salen conjuntamente dos Cofradías. Primero va la llamada Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Santo Cristo de la Agonía «Los Moraos», desfilando sus 780 cofrades, con los pasos de la Imagen del Niño Jesús de la Bola, que va en carroza, el de Jesús en la Flagelación, también en carroza rodada y el paso de la Imagen de Jesús Nazareno, porteado a hombros por costaleros. Seguidamente va la llamada Hermandad de Soledad y Vera-Cruz «Los Blancos», con sus 610 afiliados, llevando los pasos de la Imagen de la Virgen Niña, en su carroza, y el de la Imagen de la Virgen de Los Dolores, porteado por costaleros.

Nada más Salir del Templo Parroquial, el desfile procesional, toma los tramos finales de las calles Iglesia y Tirante que circundan la Iglesia y enseguida llega a la esquina de la Corredera, para tomar allí la calle Empedrada, siguiendo por esta calle llega a la confluencia con la calle de Soledad donde se interna a la izquierda para dirigirse a la Plaza de la Constitución, y allí toma la calle Concepción, y en la confluencia de las cuatro calles (Concepción, Charcazo, Grande y Gijones) sigue la de Gijones hasta tomar a su izquierda la de Santa Ana, y sin llegar al final de esta calle toma la de El Santo, y en la Plaza de Paradores sigue la calle del mismo nombre hasta la de Iglesia llegando por esta calle seguida a la entrada en Templo Parroquial, de donde salió.

La noche del Jueves sale una sóla Cofradía, llamada Hermandad de Nuestro Padre Jesús en el Descendimiento y María Santísima de la Esperanza, conocida más popularmente por «Los Esperanzos», desfilando los 572 penitentes que tiene, que saca los Pasos de la Imagen del Niño Jesús Carpintero, que va en carroza, el de Jesús de la Oración en el Huerto, también en su carroza, y el paso de la Imagen de Ntra.Sra. de la Esperanza, porteado por costaleros.

Hacia las 11,30 de la noche sale del Templo Parroquial, el desfile procesional, toma recto la calle de la Iglesia para llegar a la Plaza de la Constitución, donde coge la calle de la Concepción, sale de esta y sigue por la calle Grande, y en la esquina de San Juan toma la calle del Altillo y allí la del Convento, que sigue hasta la calle de Santa Ana, y ya, en esta calle, en el cruce con la de Emilio Nieto, toma ésta hasta el Paseo del Cordón, allí gira a la izquierda por la calle de Cervantes hasta coger la de Serafín Romeu, y siguiendo ésta llega bordeando la Glorieta del Pato hasta la entrada en el Templo Parroquial, hacia las cuatro o las cinco de la madrugada, pues al ser un recorrido largo con costaleros porteando el paso de la imagen de la Virgen de la Esperanza el tiempo se hace más dilatado.

PROCESIONES DEL VIERNES SANTO

Sobre las 7 de la mañana sale la procesión de los Encuentros, y como es natural, tiene dos itinerarios distintos. El itinerario que sigue el paso con la Imagen de Jesús de Nazareno, porteado a hombros por costaleros, es el mismo de la tarde del Jueves Santo; pero el que sigue el paso de la Imagen de la Virgen Dolorosa, también porteado por costaleros, es distinto. Este itinerario procesional sale del Templo Parroquial tomando en línea recta la calle de la Iglesia para llegar a la Plaza de la Constitución, y coger allí la calle de la Soledad, y en la confluencia de esta calle con Empedrada tiene lugar el primer Encuentro de la Imagen de la Virgen con la de Jesús de Nazareno que ha llegado allí por la calle Empedrada. Realizado el Encuentro la Virgen sigue la calle Soledad y llegando al cruce con Xarrié y Charcazo sigue esta calle para llegar a la confluencia de cuatro calles, las de Concepción, Charcazo, Grande y Gijones donde tiene lugar el Segundo Encuentro con la Imagen de Jesús que procede de la calle Concepción; desde allí la Imagen de la Virgen sigue la calle Concepción y bordeando la Glorieta de la Plaza toma la calle de la Iglesia y llegando a la esquina con Paradores tiene lugar el tercer y último Encuentro de la Virgen con Jesús de Nazareno que viene por la calle Paradores donde ha llegado procedente de la Plaza de la Concepción, donde tuvo lugar el segundo Encuentro, habiendo pasado desde allí por las calles de Gijones, Santa Ana y El Santo. Terminado ya los encuentros siguen conjuntamente las dos hermandades con sus imágenes por la calle de la Iglesia hasta hacer su entrada en el Templo Parroquial, de donde habían salido a las siete de la mañana.

Hacia las 9 de la Noche, en la llamada procesión del Santo Entierro, conjuntamente van las tres Hermandades de Pasión con todos sus Cofrades, creo que la organización de esta procesión, como la de las demás, son un modelo de ejemplo.

Sale de la Iglesia en primer lugar «Los Blancos» hasta la Ermita de la Soledad para coger allí esta Imagen de la Virgen. Esta hermandad con sus Imágenes espera allí para situarse al final en el desfile de Cofradías; desde allí en primera posición van «Los Esperanzos» con los pasos de la Imagen del Niño Carpintero, de Jesús en el Descendimiento y la Imagen de la Virgen de la Esperanza; seguida de «Los Moraos» con los pasos: Niño Jesús de la Bola, Cristo de la Agonía, y Cristo Yacente «Sepulcro»; por último como ya hemos dicho pasan «Los Blancos», con los pasos de la Imagen de la Virgen Niña, el del grupo de Ntra. Sra. de la Piedad, y el de la Imagen de la Virgen de la Soledad que cierra el desfile. Todos los pasos que intervienen en esta procesión son rodados en sus respectivas carrozas.

Nada más Salir del Templo Parroquial, el desfile procesional, toma los tramos finales de las calles Iglesia y Tirante que circundan la Iglesia y enseguida llega a la esquina de la Corredera, para tomar allí la calle Empedrada, siguiendo hasta su desembocadura en la calle de la Soledad y sigue esta calle hasta el cruce con las de Charcazo y Xarrié, allí desde su Ermita se une la Imagen de la Virgen de la Soledad, sigue por esta calle de Charcazo hasta la confluencia de cuatro calles (Concepción, Charcazo, Grande y Gijones), allí toma la de Gijones, calle Santa Ana, calle El Santo, Plaza Paradores y calle del mismo nombre para internarse en la calle Iglesia y su entrada en la Iglesia.

DOMINGO DE RESURRECCIÓN

En esta procesión, que es la menos antigua, y que se hace a primeras horas de la mañana, intervienen mezclados los penitentes de las tres Cofradías que forman la Junta de Hermandades de Pasión en Semana Santa. Sigue un itinerario sin fijación tradicional previa, pues cambia todos los años por los distintos barrios o sectores del pueblo y dentro de cada sector van por distintas calles siempre que por su anchura puedan pasar las carrozas con las imágenes, es decir, que dentro de un barrio que ya ha pasado otras veces la siguiente no pasa por esa calle. Este desfile procesional tiene dos partes claramente diferenciadas. La primera parte se hace con la solemnidad de los días de Jueves y Viernes Santo hasta que tiene lugar el Encuentro de Cristo Resucitado con la Virgen, en una esquina donde han llegado por calles distintas (recordemos que todos los años no interviene la misma Imagen de la Virgen en esta procesión, pues cada año sale una distinta alternándose las tres imágenes de la Virgen, la Dolorosa, la Esperanza y la Soledad). A partir de ahí sigue el desfile procesional de una forma informal, sin ese recogimiento espiritual, dándole rienda suelta al regocijo por el acontecimiento de la Resurrección de Cristo, encargándose las bandas de música en hacerlo cambiando la interpretación del tono sacro a otro más alegre y bulliciero.

POSIBLE ANTIGÜEDAD DEL ITINERARIO TRADICIONAL

Terminada la descripción más o menos exhaustiva de las procesiones, vamos a intentar aclarar una peculiaridad que encontramos en el itinerario tradicional de los desfiles procesionales, y que nos puede determinar su antigüedad. Vamos a llamarle tradicional al itinerario seguido en la tarde del Jueves Santo.

¿Quien no se ha preguntado, alguna vez, el por qué las procesiones en su recorrido habitual, cuando va por la calle de Santa Ana, al llegar a la esquina donde desemboca la calle de El Santo se desvía por esta calle y no continúa por la de Santa Ana, que es por donde viene, hasta su entrada en el templo parroquial?.

Encontramos dos posibles razones:

Una es que, el tramo corto inicial de esta calle de Santa Ana, tiene pocos años de existencia, con respecto a la antigüedad del pueblo, pues según vemos en el Plano de las calles que había en Villarrubia, en el año 1884 (ver Programa de Ferias 1993), este tramo inicial no existía, y en él se observa que la calle empezaba en su confluencia con la de Macábil (más conocida por nuestras generaciones, esta calle, por Gregorio Cabezas).

La segunda razón, en parte, es consecuencia de la anterior. Según vemos en dicho plano, al desembocar la calle de Santa Ana en la de Macábil, y no tener salida a la iglesia parroquial, los desfiles procesionales debían seguir por esta de Macábil, pero al ser ésta el núcleo principal de un barrio Judeo-morisco, no cristiano, en los tiempos de dominio árabe, por este motivo es posible que no llegasen a esta calle.

Ahora cabe preguntarse la importancia que tenía la colonia judeo-morisca que durante muchos años e incluso siglos habitó en este barrio y cómo se formó.

¿Se formaría este barrio al socaire del Castillo de Villarrubia, ubicado en todo lo que es hoy la Glorieta del Pato con el templo parroquial incluido, cuyo origen lo atribuyen algunos historiadores a la invasión árabe?. Lo cierto es que habrá que remontarse a los tiempos precedentes a la reconquista, para determinar la posible formación y poblamiento del barrio, que por el nombre de la calle, que aún se conserva, pueda tener su origen judío.

De la época dominante de la Orden de Calatrava, dice Corchado Soriano que, hay varias escrituras, referentes a Villarrubia, por las que el comendador Gonzalo de Herrera vende huertas y cañamares a los moros; y resalta la importancia de la colonia mudéjar en Villarrubia en esta época.

El mismo Corchado Soriano asegura que, por los vaivenes de moros y cristianos, durante la reconquista, nuestro pueblo nunca estuvo despoblado, y que esta colonia mudéjar debió incrementarse con los moriscos procedentes de las Alpujarras granadinas, cuando fueron deportados de allí por la rebelión de 1568-1571. La importancia demográfica y social de esta minoría asentada en nuestro pueblo hay que ponerla de relieve, aunque nos falte un estudio de conjunto que ofrezca con exactitud el número de nuevos cristianos censados en el S.XVII en esta localidad. Según Corchado Soriano, Villarrubia tenía gran número de moriscos antiguos y granadinos, y fueron expulsados en el año 1612 unos 230, que pudo equivaler a unas 60 familias. De la presencia de esta colonia en nuestro pueblo corresponden al árabe algunos topónimos como Allozar, Xétar, Zuda Acorta (Zuacorta), etc.

Por lo que llevamos dicho, llegamos a la conclusión de que la posible antigüedad de este recorrido tradicional data de tiempos pretéritos a la expulsión de los moriscos en 1612, e incluso quizá de la expulsión de los judíos siglo y medio antes, y conjeturamos por éllo, que al no ser un barrio cristiano y no tener salida dicha calle de Santa Ana al templo parroquial, como ahora la tiene, tendrían que pasar por esta de Macábil, y para no hacerlo así, los responsables de organizar las primeras procesiones optaron por desviarse por la calle de El Santo. Es una seudohistoria que tendrá mucho de realidad.

Ciudad Real, Febrero de 1996

FABIÁN MARTÍNEZ REDONDO

Procedente de las Alpujarras, bastantes se repartieron por Ciudad Real, y en Calatrava fueron bien recibidos, dado que eran buenos labradores y artesanos. El corregidor de Ciudad Real no ocultaba su contento por la llegada de los moriscos y la consiguiente puesta en explotación de las tierras baldías por falta de brazos. La mejora de la economía de la provincia en el último tercio del S.XVI pudo deberse, en gran medida, al aporte humano de conversos granadinos.

La expulsión de los moriscos se produjo desde 1609 a 1614. Se les acusaba con razón de malos cristianos, y de acaparar riquezas. El clero y el pueblo los odiaba, como dice Cervantes, pero muchos nobles los defendían por ser buenos colonos de sus tierras. Ballesteros juzga esta medida con las siguientes palabras: Decimos sobre este acontecimiento lo mismo que de la expulsión de los judíos (1492). Por humanidad, y en especial como error económico, debe considerarse como una medida desacertada. No se apreciaba la riqueza-hombre o la falta de aquellos brazos, y ausente la inteligencia de los agricultores moriscos, se produjo un mal de graves consecuencias financieras para la empobrecida España de los Austrias. Se había expulsado de la Península a parte de su población, la más industriosa y la que mayores capacidades agrícolas poseía para el cultivo de tierras.

Por La Rebelión de los moriscos granadinos (1568-1571) fueron deportados y repartidos por varias regiones de España. Fue motivada por el edicto (1-1-1567) de Felipe II que les prohibía el uso de su lengua, culto y costumbres, y además ordenó que los niños acudiesen a las escuelas para ser cristianizados. Los moriscos se sublevan en las Alpujarras.

Procedente de las Alpujarras, algunos moriscos expulsados se repartieron por Ciudad Real. En Calatrava fueron bien recibidos, según los informes emitidos, pues no perjudicaban con sus actividades a los arrendatarios y asalariados locales. Dado que eran buenos labradores y artesanos, las oligarquías se beneficiaron del posible aumento de las rentas y del descenso de los jornales. El corregidor de Ciudad Real no ocultaba su contento por la llegada de los moriscos y la consiguiente puesta en explotación de las tierras baldías por falta de brazos. El mejor comportamiento de la provincia en el último tercio del S.XVI pudo deberse, en gran medida, al aporte humano de conversos granadinos.

La expulsión de los moriscos se produjo desde 1609 a 1614. Se les acusaba con razón de malos cristianos, de acaparar riquezas. El clero y el pueblo los odiaba, como dice Cervantes, pero muchos nobles los defendían por ser buenos colonos de sus tierras. Ballesteros juzga esta medida con las siguientes palabras: Decimos sobre este acontecimiento lo mismo que de la expulsión de los judíos (1492). Por humanidad, y en especial como error económico, debe considerarse como una medida desacertada. No se apreciaba la riqueza-hombre o la falta de aquellos brazos, y ausente la inteligencia de los agricultores moriscos, se produjo un mal de graves consecuencias financieras para la empobrecida España de los Austrias. Se había expulsado de la Península a parte de su población, la más industriosa y la que mayores capacidades agrícolas poseía para el cultivo de tierras.

pues debemos recordar que en Villarrubia había una colonia mudéjar importante en tiempos de la reconquista, asegurando algunos historiadores () que, por los vaivenes de su posesión de moros y cristianos, Villarrubia nunca estuvo despoblada, y que esta colonia mudéjar debió incrementarse con los moriscos procedentes de las Alpujarras granadinas en el S.XVI. En el año 1612, fueron expulsados de Villarrubia unos 230 moriscos, que pudo suponer unas 60 familias. De la presencia de esta colonia en nuestro pueblo corresponden al árabe algunos topónimos como Xétar, Xufela (Gigüela), Zudacorta, Allozar, etc.

Pasos de los desfiles procesionales de Semana Santa

Jueves Santo 8 Tarde

«Los Blancos», pasos: Imagen de la Virgen Niña,

Imagen de la Virgen de Los Dolores

Ntra.Sra.del Grupo de la Piedad

Imagen de la Soledad

«Los Moraos», Pasos Imagen del Niño Jesús de la Bola

Jesús en la Flagelación

Imagen de Jesús de Nazareno

Cristo de la Agonía

Cristo Yaciente «Sepulcro»

Cristo Resucitado

Jueves Santo 12 Noche

«Esperanzos», Pasos: Imagen de Ntra.Sra. de «La Esperanza»,

Imagen del Niño Jesús Carpintero

Jesús en la Oración en el Huerto,

Grupo de Jesús en el Descendimiento

Viernes Santo 7 Mañana Encuentros

«Los Blancos», Pasos: Imagen de la Virgen de Los Dolores

«Los Moraos», Pasos: Imagen de Jesús Nazareno

Viernes Santo 9 Noche Santo Entierro

«Los Blancos», pasos: Imagen de la Virgen Niña,

Imagen de la Virgen de Los Dolores

Ntra.Sra.del Grupo de la Piedad

Imagen de la Soledad

«Los Moraos», Pasos Imagen del Niño Jesús de la Bola

Jesús en la Flagelación

Imagen de Jesús de Nazareno

Cristo de la Agonía

Cristo Yaciente «Sepulcro»

Cristo Resucitado

«Esperanzos», Pasos: Imagen de Ntra.Sra. de «La Esperanza»,

Imagen del Niño Jesús Carpintero

Jesús en la Oración en el Huerto,

Grupo de Jesús en el Descendimiento

«Los Blancos», Pasos: Imagen de la Soledad,

Ntra.Sra. del Grupo de La Piedad

«Los Moraos», Pasos: Paso del Cristo de la Agonía

Paso de Cristo Yacente «Sepulcro»

«Esperanzos», Pasos: Jesús en el Descendimiento

Imagen del Niño Jesús Carpintero

Domingo de Resurrección

«Los Moraos», Pasos: Cristo Resucitado

La Rebelión de los moriscos granadinos (1568-1571) fue motivada por el edicto (1-1-1567) de Felipe II que reprodujo las severas disposiciones de Carlos V contra ellos. Les prohibía el uso de su lengua, culto y costumbres, y además ordenó que los niños acudiesen a las escuelas para ser cristianizados. Los moriscos se sublevan en las Alpujarras (…) La rebelión duró más de dos años y la domina, tras dura resistencia, el joven Juan de Austria, (…). Los moriscos fueron deportados y repartidos por varias regiones.

La expulsión de los moriscos es el suceso de más resonancia del reinado (Felipe III). Se les acusaba con razón de malos cristianos, de acaparar riquezas y de estar en inteligencia con los corsarios musulmanes. Lerma ordenó la expulsión el 22 de septiembre de 1609 de los moriscos del reino de Valencia (…). El clero y el pueblo los odiaba, como dice Cervantes, pero muchos nobles los defendían por ser buenos colonos de sus tierras; por decretos sucesivos salieron los de otras regiones de la Península. Ballesteros juzga esta medida con las siguientes palabras: «El duque de Lerma y sus familiares ganaron en la expulsión cinco millones y medio: Decimos sobre este acontecimiento lo mismo que de la expulsión de los judíos (1492). Por humanidad, y en especial como error económico, debe considerarse como una medida desacertada. No se apreciaba la riqueza-hombre o la falta de aquellos brazos, y ausente la inteligencia de los agricultores moriscos, se produjo un mal de graves consecuencias financieras para la empobrecida España de los Austrias, que tenía que sostener las glorias de sus mayores y el honor del pabellón nacional español en todos los campos de Europa. Se había expulsado de la Península a parte de su población, la más industriosa y la que mayores capacidades agrícolas poseía para el cultivo de tierras de Levante.»

Procedente de las Alpujarras, los moriscos expulsados se repartieron por Ciudad Real, siendo objeto de diferentes grados de aceptación. En Calatrava y Montiel fueron bien recibidos, según los informes emitidos, pues no perjudicaban con sus actividades a los arrendatarios y asalariados locales. Ahora bien, dado que eran buenos labradores y artesanos, las oligarquías se beneficiaron del posible aumento de las rentas y del descenso de los jornales. El corregidor de Ciudad Real no ocultaba su contento por la llegada de los moriscos y la consiguiente puesta en explotación de las tierras baldías por falta de brazos. El mejor comportamiento de la provincia en el último tercio del S.XVI pudo deberse, en gran medida, al aporte humano de conversos granadinos, ya que había seguido una tónica típica de las comarcas meridionales y había acusado las crisis finiseculares. Por ejemplo, en la Membrilla se instalaron doscientas familias moriscas, lo que sin duda revolucionó la demografía de la villa. En general, bastantes pueblos recibieron un aporte humano considerable y la asimilación sólo requirió cierto tiempo.

Los primeros censos de población, que conocemos, coinciden con las fechas de la expulsión de los moriscos. La importancia demográfica y social de esta minoría asentada en nuestro pueblo hay que ponerla de relieve, aunque nos falte un estudio de conjunto que ofrezca con exactitud el número de nuevos cristianos que salieron en el siglo XVII de esta localidad. Villarrubia tenía gran número de moriscos antiguos y granadinos (según Corchado Soriano) y fueron expulsados en 1612 unos 230, que pudo equivaler a unas 60 familias, lo que en aquellos tiempos debió causar gran impacto socio-económico cuantitativo y cualitativo producido en unos momentos de grave crisis agrícola.

«De la época musulmana podemos señalar varias reminiscencias, siendo la primera la indudable existencia del pueblo y castillo en esta era, sobre los cuales hablaremos más adelante ya que persistieron después de la reconquista, por lo que parece no estuvo totalmente despoblado como toda la Mancha a partir de la toma de Toledo en 1085; recientemente se han descubierto en el área urbana algunas sepulturas musulmanas de las cuales tuvo conocimiento la Comisión Prov.de Monumentos que se trasladó a inspeccionarlas ((14), (Actas Comisión Prov.Monumentos)); indudablemente corresponde al árabe los topónimos Xétar, Xufela, Zudacorta, etc., que desmuestra la persistencia a que antes hemos aludido, …»

«Conocemos varias escrituras de esta época, referentes a Villarrubia, así en 1421 el comendador Gonzalo de Herrera vende a censo perpetuo enfiteutico una huerta a Amete de Ornachos, por pensión de 300 mrs. anuales (30); en 3 de abril de 1452 consta la venta de un cañamar en dos partes separadas por una azequia, por Diego González de Soria a favor de l prior y frailes del Convento de Calatrava, en precio de 400 mrs. que dos blancas viejas hacen un maravedí (31); y en 1453 el mismo comendador Herrera vende otra huerta a censo a Ali Cerón, moro, por pensión anual de 1.872 mrs. (32); la coincidencia de figurar dos otorgantes mudéjares confirma lo antes indicado respecto a la importancia de esta colonia en Villarrubia; …»

Mudéjar: Aplícase al mahometano que conservando su religión, quedaba por vasallo de los reyes cristianos, en tiempo de la Reconquista.

Morisco: Dícese de los moros que después de la Reconquista se quedaron bautizados en España.

Añade aquí tu texto de cabecera