La asamblea de la cooperativa Virgen de las Viñas de Tomelloso, la más grande de Europa, tendrá lugar el próximo 12 de agosto. Su presidente, Rafael Torres, asegura que el sistema de pago será «exactamente igual» al de las dos anteriores vendimias, es decir, se asignará una serie de puntos a la uva recibida en función de sus parámetros de grado, acidez, potasio y glucónico. Teniendo en cuenta la calificación final obtenida, los remolques se abonarán como categoría A (mayor calidad), B o C.
Estos sencillos parámetros de calidad se aplicarán a las variedades airén y tempranillo, uvas que representan aproximadamente el 80% de la cosecha total de estas cooperativas, que ya realizan seguimientos específicos para el resto de variedades. Rafael Torres no descarta que Virgen de las Viñas introduzca esta vendimia otras medidas que favorezcan una mejor calidad de la uva y, por consiguiente, de los vinos que posteriormente se elaboran.
Por su parte, Ramón Alcarazo, gerente de la cooperativa Jesús del Perdón-Bodegas Yuntero de Manzanares, indica que actualmente están estudiando los distintos parámetros analíticos y los protocolos necesarios para dejar definidas las normas de calidad para esta próxima vendimia. «Pero con seguridad seguiremos diferenciando cada vehículo para determinar la calidad y los precios de liquidación estarán basados en la calidad aportada», apostilla para subrayar que ya llevan muchos años haciendo esta «diferenciación» y que el socio está «convencido» de su idoneidad.
Fernando Montserrat y Jesús Julián Casanova, presidente de Cristo de la Vega (Socuéllamos) y El Progreso (Villarrubia de los Ojos), respectivamente, también confirmaron a este diario que mantendrán el sistema de retribución de estas dos últimas vendimias. «Es de justicia pagar más caro aquellas uvas que presentan unos mayores índices de calidad», subraya el responsable de la entidad socuellamina, que considera que no tener en cuenta este criterio sería «dar un paso atrás».
«El procedimiento será el mismo, aunque luego cada cooperativa pueda tener sus particularidades y personalidad como empresa», apunta el presidente de El Progreso, que avanza que los enólogos de la entidad están valorando otros sistemas de retribución similares, como el ‘kilopunto’, que ya se están aplicando en otras bodegas de la región.
Es el caso de Bodegas Castillo de Consuegra, entidad que forma parte junto a El Progreso y otras cooperativas de Ciudad Real y Toledo de la cooperativa de segundo grado Vidasol. Según explica a La Tribuna su enóloga, Matilde Cruz, este sistema de pago, que sustituyó al ‘kilogrado’ y que fue estudiado durante tres años antes de su implantación, establece un total de 100 puntos para las seis analíticas que realizan para valorar la calidad de la uva (podredumbre, PH, potasio, acidez total en tartárico, alcohol probable y actividad fermentativa). Y en función del total de puntos (mayor calidad cuanta más puntuación), se lleva a cabo la liquidación con los socios, que «aunque son reacios a los cambios, no han acogido tan mal esta fórmula como al principio parecía».
