El aumento de algas atrae un nuevo récord de fochas

13117F92-9446-0008-6799F4F8C813135A
Publicidad

Las algas o plantas acuáticas, llamadas localmente ovas, han vuelto a aparecer de forma «muy notable» en el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, lo que ha conllevado a registrar un nuevo récord de fochas con 3.275 a fecha del 17 de enero, cuando se realizó el último censo por parte de responsables del parque. Se trata, comenta el director de Las Tablas, Carlos Ruiz de la Hermosa, del segundo año, después de 2011, con mayor número de fochas censadas.  
Las ovas son un alimento importantísimo para todo tipo de aves acuáticas que nadan y bucean en las aguas tranquilas y poco profundas del parque, donde forman un denso tapiz uniforme que se extiende prácticamente a toda la superficie sumergida. De alto valor ecológico sirven de alimento a diversas especies animales, especialmente los patos y son buenas indicadoras de la calidad del agua, siendo especialmente vulnerables si existe contaminación y eutrofización. Por ello, su presencia llena de satisfacción tanto al director del parque como al presidente del Patronato, Esteban Esquinas, quien en declaraciones a La Tribuna subraya que su presencia «contribuyen al desarrollo y la buena evolución de algunas especies como la focha o el pato colorado, posiblemente las especies más representativas del parque», por lo que la  presencia de ovas demuestra «que estamos en una recuperación clara de algunas especies autóctonas tanto de flora como de fauna».
La superficie de algas (ovas) ha aumentado en los últimos años hasta alcanzar en la actualidad las 250 hectáreas, y todo ello, argumenta Esquinas, gracias en gran parte a las gestiones y actuaciones llevadas a cabo. Es el caso por ejemplo, de los trabajos de despesque de determinadas especies no autóctonas, llamadas invasoras, como las carpas o el pez gato. Una medida, continua diciendo, que ha contribuido a la clarificación del agua y a la reaparición de las ovas, y por consiguiente, «a tener el medio acuático adecuado para el desarrollo de especies como las fochas».  
Conscientes de la importancia que la flora y la fauna tiene para este bello humedal, desde el Parque Nacional de Las Tablas se continuará trabajando en la consolidación  del cernícalo primilla, objetivo por el que el año pasado se construyó un primillar (espacio dedicado a la cría), pero los esfuerzos se dedicarán también a la puesta en marcha de un programa que permita la reintroducción del barbo comizo, «una especie original que desapareció», lamenta Esquinas.   De conseguir que ésta vuelva de nuevo al parque, puntualiza el presidente del Patronato del Parque, «determinadas especies exóticas invasoras podrán ser eliminadas o minorizadas de una manera más natural que la actual», aunque entre los fines a corto plazo se continuará también con la pesca selectiva de las especies invasoras. Asimismo, se han iniciado las conversaciones con la Subdirección General del Medio Natural, órgano competente del Ministerio, para ver la posibilidad de utilizar las instalaciones del parque como «punto de cría en cautividad de la cerceta pardilla, actualmente en peligro de extinción». Todo ello, añade, junto con la intención de parque de continuar elaborando el censo de flora y fauna de cara a «conocer la evolución de las distintas especies y tomar las medidas más adecuadas en el futuro».  
otras especies. Los datos aportados por el Parque Nacional de Las Tablas demuestran que junto con la focha común, otras de las especies que más han elegido el parque para invernar han sido las grullas con 6.250 ejemplares y que además «se ha consolidado la gaviota sombría como  invernante potente», pues «el millar aproximado de individuos pasan el día en el parque y se marchan mayoritariamente al atardecer en busca de otro dormidero», declara el director del Parque Nacional de Las Tablas, Carlos Ruiz de la Hermosa, quien destaca el número total de individuos invernantes en el parque, a fecha del 17 de enero, con un total de 14.703 y, sobre todo, el número de especies presentes (biodiversidad) con respecto a los últimos años. Sin olvidar tampoco el «sustancial incremento del número y diversidad de anátidas presentes», pues «podemos hablar casi del doble de ejemplares y de presencia de más aves», ya que «solo nos falta la malvasía entre las aves invernantes», concluye el director del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel. 

Añade aquí tu texto de cabecera