Preocupación en el sector vitícola ante un enlace de campaña con mucho stock y un mercado todavía lastrado por la Covid-19

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El próximo arranque de la nueva vendimia, con una previsión de cosecha al alza (por encima de los 20 millones de hectolitros de 2019), representa una nuevo reto ante la previsible falta de espacio. Algunas cooperativas prevén alquilar depósitos para guardar la nueva producción

El sector del vino en Castilla-La Mancha afronta un final de campaña (se cierra el 31 de julio) complicado. Los altos volúmenes de existencias de 15,5 millones de hectolitros a 31 de mayo apenas se verán reducidos en el enlace por las medidas de mercado en activo -destilación, almacenamiento y vendimia en verde-, debido al presupuesto insuficiente aportado por la Unión Europea, según aseguran las organizaciones agrarias.

De la misma manera, la llegada de la nueva vendimia, con una estimación de cosecha al alza, supondrá otro desafío para cooperativas y bodegas ante la previsible falta de espacio en sus instalaciones.

Todo depende de las operaciones comerciales de vino que, tras el desplome sin precedentes provocado por la pandemia del coronavirus, actualmente siguen ralentizadas, sobre todo las exportaciones (en mayo facturaron un 23% menos a nivel nacional). Igualmente, a nivel interno, el canal de hoteles y restaurantes (HOreCa) sigue condicionado en negativo por las limitaciones sanitarias, mientras que el consumo doméstico es el único que se salva (ha crecido un 25%), a pesar de ser el “menos representativo en las ventas totales”.

Asaja: las medidas se han quedado cortas

El escenario “es muy preocupante” para Pedro Alcolea, presidente de ASAJA Socuéllamos, a la hora de hablar del futuro del stock de vino regional que, a cierre de mayo, alcanzaba los 15,5 millones de hectolitros, curiosamente por debajo de los 17,1  MHl contabilizados en la misma fecha de 2019, tal y como recoge el Sistema de Información del Mercado del Vino (Infovi) del Ministerio de Agricultura.

Las medidas extraordinarias planteadas por la Unión Europea para intentar frenar el exceso de excedentes y evitar un descalabro de los precios, en su opinión, “se han quedado cortas” y sólo serán efectivas “si reciben financiación”.

La organización espera que “el nuevo reparto de Bruselas (dentro de los fondos para la reconstrucción tras la Covid-19) contemple partidas para la agricultura” y pueda realizarse otra destilación de crisis, ya que los 65,4 millones de euros previstos para la transformación de dos millones de hectolitros en la primera y actual convocatoria son “insuficientes”.

Ello provocará que “se quede vino en las bodegas” sin vender en el enlace, y no solo tenga una negativa repercusión económica, sino que represente un nuevo problema a los productores. En concreto, temen una previsible falta de espacio para guardar la nueva cosecha, que en el caso de la región superará a los 20 millones de hectolitros de 2019, 9,3 MHl en Ciudad Real.

Por ello, cooperativas de productores y bodegas han empezado a alquilar depósitos “por si no cambia la situación”, como es el caso de varias sociedades vinícolas de Socuéllamos, que están buscando espacio en “alcoholeras con depósitos libres, en bodegas cerradas, o incluso en cooperativas que han bajado la producción”.

Así “se previenen para almacenar vino por la dificultad a la hora de venderlo”.

Alcolea ha lamentado la situación comercial del vino, con “una parálisis importante desde febrero” y “una gran desorientación porque no sabemos lo que va a pasar”.

“Por el Covid-19, ha razonado, hemos perdido meses en los que se registran más ventas por el turismo (al coincidir con la Semana Santa)”, a la vez que el canal de la hostelería “ha bajado entre el 75% y el 100% en abril, mayo y junio porque ha estado cerrado. Igualmente, las exportaciones vinícolas siguen lastradas por los aranceles como los de EEUU y “dificultan el coste del vino”.

Alcolea ha condenado que las decisiones de los políticos “sean las que perjudiquen a un sector productivo como el nuestro”. “¿Es competitivo pagar un  25% o 30% de tasas?, se ha preguntado.

Precisamente, este jueves, el secretario regional de Asaja, Fernando Villena, ha insistido en que las medidas extraordinarias puestas en marcha por el Real Decreto de 9 de junio «se han quedado cortas, el mercado no reacciona y las perspectivas no son muy halagüeñas».

«Si no hubiera sido por destilación, habríamos tenido muchos problemas en la recogida de la uva de esta campaña de la vendimia, aunque quizá se produzcan, pese a ello», ha indicado.

UPA: hay preocupación

En la misma línea, el responsable del Vino de UPA, Alejandro García-Gasco, ha mostrado su preocupación por el enlace de campaña, ante las voluminosas existencias que habrá al inicio de la vendimia.

A su juicio, las medidas para contrarrestar los grandes excedentes “son migajas”, teniendo en cuenta que los fondos disponibles permitirán la destilación del 63,4 % de los volúmenes presentados. “Si el sector ha hecho solicitudes y se ha concedido la mitad es perjudicial», ha reflexionado, a la vez que ha apelado a la necesidad de “eliminar vino del mercado” ante “la campaña media alta de uva que tenemos por delante”.

Por ello, ha respaldado la petición para que tanto el Ministerio de Agricultura como la Comunidad Europea “amplíen y doten de presupuesto» a dichas herramientas de mercado y así los agricultores «no sean los que paguen el pato con precios bajos”.

UPA también apoya, según su portavoz, otras medidas como la limitación de rendimientos, o el almacenamiento obligatorio. De esta manera, evitarían fluctuaciones en el mercado vinícola.

En conjunto, para García-Gasco “es un año complicado”, en buena parte “por los bajos precios” de vino dentro y fuera de Castilla-La Mancha.

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