Condenado a 81 años por agresión sexual a sus hijas menores

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La Audiencia Provincial de Ciudad Real impone la mayor condena de su historia a un hombre de origen rumano por delitos de agresión sexual, «actos ignominiosos» a sus hijas, y le retira la patria potestad

Agredió sexualmente a sus dos hijas menores prevaliéndose de su relación paterno filial, lo que le atribuyó «un claro predominio moral» o «influencia» sobre las ellas y le permitió cometer sus «ignominiosos actos» cada vez que quería. Por estos abominables hechos la Audiencia Provincial ha condenado a Stelian C., de origen rumano, a 81 años, seis meses y un día de cárcel.
Es la mayor condena que se ha impuesto en Ciudad Real por delitos de agresión sexual a menores con retirada de patria potestad incluida. El Tribunal de la Sección Primera, presidido por la magistrada María Jesús Alarcón, a la sazón presidenta de la Audiencia Provincial, juzga probado que el procesado es autor de seis delitos de agresión sexual y le impone por cada uno de ellos 13 años y seis meses y un día de prisión, a excepción de uno de ellos, por el que le condena a 14 años al entender que merece mayor reproche penal por la especial «virulencia y agresividad del acusado» y que supuso el mayor desvalor de su conducta en cuanto a que obligó a su hija menor de dieciséis años recién cumplidos a varias felaciones y padeció una penetración vaginal.
El Tribunal juzga considera probado que el procesado a primeros de 2017, en su vivienda alquilada de Villarrubia de los Ojos, aprovechaba que las menores dormían en la cama contigua para abusar de ellas.  Abusó de su hija de 15 años, quien se levantó llorando y se fue a la cocina, momento que aprovechó el acusado para quitar la ropa a su otra hija y abusar de ella.
Las menores, según juzga acreditado el Tribunal, en ningún momento mostraron conformidad ni consentimiento con los tocamientos, es más «lloraban ante la actitud de su padre», pero estaban «amedrentadas» por éste en cuanto que las amenazó diciendo que si decían algo las pegaría y mataría.
Está situación se mantuvo en el tiempo y a primeros de abril de 2017 el acusado decidió trasladarse a otra vivienda, en Villarrubia de los Ojos, en régimen de alquiler que compartía con María del Buen del Consejo C. L.M., y con la misma  finalidad de satisfacer sus apetencias sexuales abusó de una de sus hijas y después fue a por la otra.
Los hechos se repitieron y el 27 de abril de 2017, cuando la madre había regresado de Rumania con el fin de celebrar el cumpleaños de una de sus hijas, el acusado le dijo a la menor que «la iba a hacer suya» antes de que cumpliera los años. La tarde del 3 de mayo de 2017 la obligó a subirse al coche, propinándole varios golpes con el puño en el costado, y la llevó a un paraje alejado donde llevó a cabo su amenaza. La chica se resistió, vómito, pero no consiguió que su padre desistiera y la violó. Al regresar a la vivienda le dijo que si decía algo de lo ocurrido la iba a matar a ella, a su hermana y a su madre y las iba a cortar en trocitos.
La chica se desdijo en el juicio celebrado el 2 de pasado abril, exculpó a su padre, pero su hermana fue contundente: abusó de ellas y las agredió sexualmente. Las pruebas médico forenses corroboraron el testimonio de la menor.
 «La retractación en víctimas menores de edad que han sufrido abusos sexuales en el ámbito familiar es frecuente, como señala el Tribunal Supremo», recoge la sentencia de la que ha sido ponente la magistrada María Jesús Alarcón.  
Los restos hallados en zonas de su cuerpo, ropa y también en la cremallera del pantalón del padre le han incriminado y han acabado condenándole.

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