Unos 60.000 cazadores de Castilla-La Mancha comienzan la temporada cinegética con la media veda

Portavoces de la Federación de Caza y de colectivos de propietarios cinegéticos coinciden en que será un periodo "irregular" por los efectos del calor y la sequía en especies como codorniz y paloma torcaz. La tórtola no se puede abatir por una moratoria europea
Un ejemplar de tórtola europea / Lanza

Unos 60.000 cazadores de Castilla-La Mancha participarán en la media veda que se abrirá el próximo 20 de agosto y marcará el arranque de la temporada cinegética 2023-2024 en la región.

Son los cálculos de Agustín Rabadán, presidente de la Federación de Caza de Castilla-La Mancha, quien estima unas perspectivas “irregulares” en este primer periodo que será “muy complicado” para la mayoría de especies.

La codorniz, una de las aves más tradicionales en el nuevo tiempo hábil de caza tiene menos presencia en el campo castellano-manchego y ciudarrealeño en general, debido a la “mala” cosecha de cereales y al seco año climatológico.

Por ello, sus poblaciones, según las estimaciones de Rabadán, se concentrarán “en las zonas con cultivo de regadío” y en las que “ exista agua por su propia naturaleza”, dado que “todo depende del alimento”. Con todo, las previsiones “son similares a las de otros años”.

La codorniz se podrá cazar desde el día 20 los jueves y sábados y domingos hasta el 15 de septiembre en todas las comarcas, excepto en las de los municipios de la Serranía Alta de Cuenca y Alcarria Baja de Guadalajara, que comenzará el 27. El cupo, según la orden de la Consejería de Desarrollo Sostenible del 30 de mayo, es de 10 codornices por cazador y día en Albacete, Ciudad Real y Toledo, y de 20 en las de Cuenca y Guadalajara.

La paloma torcaz cuenta con censos “buenos”, explica Rabadán, y, por tanto, se prevén resultados positivos, con cupos que “salvarán la temporada de media veda”.

La torcaz y la zurita podrán abatirse los jueves, sábados y domingos entre el 20 de agosto y el 21 de septiembre, y está permitido el uso de cimbeles naturales o artificiales en los puestos fijos.

La tórtola, por su parte, sigue con la moratoria europea de carácter eventual que por tercer año consecutivo prohíbe su caza, una suspensión que los cazadores esperan se levanten a medio plazo, a tenor de “los esfuerzos” que todos los operadores del sector “hacemos con medidas de gestión ambiental y mejora de hábitats”.

Respecto a la temporada general de veda, que comenzará en la región el 8 de octubre para las especies menores de conejo, zorro y liebre, y para las mayores de ciervo, gamo, muflón, jabalí y corzo, también estará marcada por la climatología seca, señala el mismo portavoz.

El conejo, en los últimos años con alta densidad, “ha criado peor” y cuenta con “menos poblaciones”, como han comprobado en los descastes.

Es el mismo caso, indica Rabadán, de la perdiz, que rebajó sus polladas de primavera, por el calor y las posteriores lluvias, y no ha remontado en las segundas puestas, también “más pequeñas”.

Con todo, el representante de los cazadores sociales recuerda las recomendaciones a seguir, “con caza responsable”, “limitaciones de los días de caza” o incluso “cupo cero” en fincas de autogestión.

Respecto a los mamíferos, el jabalí “está en expansión”, al igual que el corzo y el ciervo, especies que tendrán buenos resultados en la temporada, con cupos por encima de los fijados para las monterías en los planes técnicos.

Media veda “descafeinada”

Luis Fernando Villanueva, presidente de la Asociación de Propietarios Rurales para la Gestión Cinegética y Conservación del Medio Ambiente (APROCA), habla de una media veda en Castilla-La Mancha “descafeinada” en las tres especies principales.

La codorniz, apenas inexistente por “el clima árido”, excepto en Guadalajara y parte de Cuenca; la tórtola, desde hace tres años “dentro del catálogo de especies cinegéticas no cazables por la moratoria europea, “aunque con una cierta recuperación” consignada; y la paloma torcaz “en auge” al ser “cada vez es menos migratoria y más sedentaria”, como ocurre en algunos puntos de la provincia de Ciudad Real.

EHE

En cuanto a las especies mayores, Villanueva apunta a una bajada de densidad de ciervos, aunque no muy significativa, por los efectos de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE).

Ha habido varios miles de bajas, según informa, y representan una proporción de entre el 3 y el 5% en los cotos sin manejo, y de algo más en los intensivos. Sin embargo, la expansión de la enfermedad “del sur al norte”, subraya Villanueva, hará que tanto ciervos como otros cérvidos alcancen la inmunización.

Recuerda las recomendaciones recogidas en un documento elaborado entre la Fundación Artemisan, el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) y la Real Federación Española de Caza (RFEC), como son comunicar inmediatamente las sospechas de casos, en particular cuando se trata de mortalidades masivas o explosivas, o detecciones en zonas no afectadas previamente. También aconsejan, por motivos de bienestar animal, abatir a los individuos enfermos de gravedad, con sus pertinentes autorizaciones.

Agustín Rabadán también estima, según los datos que maneja, una afectación de la EHE de entre el 2% y el 10%, y también espera que las reses desarrollen la inmunización.

Fuente: lanzadigital.com

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