Las cooperativas y bodegas de vino de Castilla-La Mancha, la región que produce más de la mitad de todo el vino en España, se mantienen expectantes ante el anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer un arancel del 200 % al vino y al resto de bebidas alcohólicas procedentes de la Unión Europea (UE) en represalia por los planes de Bruselas de gravar las importaciones de whisky estadounidense.
Además, alertan de que si bien las ventas directas a EEUU actualmente suponen un 4% del vino exportado por la región, la cantidad de vino castellanomanchego que acaba en territorio estadounidense es mucho mayor, al llegar a través de terceros países exportadores, como Italia, Francia o Alemania.
El portavoz sectorial vitivinícola de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha y secretario de la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE), Juan Fuentes, ha explicado a EFE que regiones como Castilla-La Mancha, además del vino embotellado que llega directamente a EEUU, también vende vinos a granel que se dedica a la exportación y que llega a mercados como Alemania, Francia e Italia, que a su vez exportan vinos en Estados Unidos, con cuotas de mercado altísimas.
«De forma directa nos afecta, pero de una forma indirecta, nos va a afectar todavía muchísimo más», ha alertado Fuentes, que ha augurado que esto traerá consigo «una distorsión en el mercado en general, que tendrá un claro reflejo en el mercado europeo, y también en el mercado mundial».
Fuentes ha asegurado que el anuncio de la imposición de aranceles de EEUU «es un desastre» para los mercados y una decisión pensada por Trump para paralizar «las ventas y las importaciones de vino europeo en Estados Unidos», favoreciendo así el consumo interno de los vinos que se producen en su país.
«Lo dejó bien claro el presidente Trump al asegurar que se prepararan los productores californianos para aumentar su producción, porque él entienden que se tienen que consumir vinos producidos en California y no vino producidos en Europa», y eso, ha dicho, «pasará si se imponen un arancel tan desorbitado como el que ha anunciado».
Para Fuentes, esta decisión además echa por tierra el esfuerzo y la inversión realizada por muchas cooperativas y bodegas castellanomanchegas en los últimos años en planes de comercialización para mejorar las ventas en Estados Unidos.
«Se ha gastado mucho dinero en estos años para poder introducirnos y los estábamos haciendo poco a poco. Hay cooperativas que llevan mucho trabajo hecho y poco a poco estaban mejorando sus ventas en Estados Unidos. Ese trabajo, ahora, será inútil ante una decisión de este calado», ha dicho.
La UE debe negociar y sacar los alimentos de las negociaciones
Para las cooperativas castellanomanchegas, ante esta situación la Unión Europea no puede quedarse de manos cruzadas y ha de negociar con EEUU.
«La situación del vino y los alimentos no tienen nada que ver con el carbón, con el acero o con el aluminio. Se debe negociar y el vino y los alimentos no deben estar dentro de esas negociaciones y no ser moneda de cambio para otro tipo de cosas», ha asegurado Fuentes.
Una opinión que comparten bodegueros como Miguel Ángel Valentín, director general de Bodegas Allozo en Tomelloso (Ciudad Real), quien considera que la UE debe negociar mejor con EEUU.
Para Valentín, debe haber una negociación bilateral «mucho mejor» que la hay en la actualidad para no llegar a situaciones como la actual, de un guerra de aranceles.
Además, ha considerado que Europa debe ser capaz de posicionar sus productos frente a otros países y defender sus producciones, algo que a su entender no ocurre con acuerdos como el de Mercosur o la política europea con respecto a Marruecos.
En cualquier caso, Valentín ha comentado que lo que esperan los productores castellanomanchegos de vino es que el anuncio de Trump se quede «en un brindis al sol», porque imponer un arancel de un 200 % a los vinos europeos puede suponer «un freno total a las exportaciones».
El presidente de la cooperativa El Progreso, de Villarrubia de los Ojos, Jesús Julián Casanova Fernández-Bravo, por su parte, no cree que el anuncio de Trump sea un brindis al sol, sino una amenaza que se consumará en los próximos meses.
«Creo que va a llevar a cabo la imposición de este arancel. Lo único que podemos esperar es que sea menos lesivo de lo que se ha anunciado, siempre y cuando la política europea funcione», ha asegurado, al tiempo que ha recordado que en su campaña electoral, Trump afirmó que «todas las transacciones económicas comerciales que fueran deficitarias iban a tener aranceles, y así será».
En el caso del vino «toca esperar y ver qué aranceles finales» se aplican y ha indicado que, entonces al sector le tocará adaptarse «y tomar medidas».
Con todo, ha recordado que esta situación no es nueva y Europa ya sufrió durante el anterior gobierno de Trump una situación similar que tuvo como consecuencias la reducción en ventas en el mercado americano.
Para Casanova lo peor de esta situación es «la sensación» que este tipo de anuncios generan en los mercados, que finalmente, se ven claramente damnificados.
Ademas, para el presidente de la cooperativa El Progreso, la mejor alternativa para afrontar situaciones como estas es seguir trabajando en generar más cultura del consumo de vino en Europa y en otros países donde el consumo es emergente, con el fin de «abrir ventanas, como alternativa a la puerta que se cierra en EEUU».
Fuente: clm24
