SOLEMNIDAD DE NUESTRA SEMANA SANTA

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La Semana Santa llega precedida del tiempo penitencial de la cuaresma. Tiempo con el que llegamos al Domingo de Ramos. En este Domingo, se conmemora La entrada triunfal de Jesús de Nazaret en la ciudad de Jerusalén (donde fue recibido con palmas y ramos de olivo por multitud de gente que gritaban: ¿Hosanna! ¿Bendito el que viene en nombre del Señor! (Mateo 21:9)). Así entramos en la Semana Santa, con unos ritos especiales para alimentar la vida cristiana. En élla se celebran los misterios de nuestra redención: la Pasión, la Muerte y la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

Estos ritos, en Villarrubia, como en todo el mundo cristiano, siempre se han celebrado en los días y horas en que sucedieron los misterios recordados. En la tarde del Jueves, en la Misa de la Santa Cena del Señor, se recuerda el injusto juicio de Jesucristo, que no tuvo defensor y cuyos testigos se contradijeron en numerosas ocasiones, hasta su más fiel seguidor, el Apóstol Pedro, le negó tres veces, como el propio Jesús había vaticinado. En la tarde del Viernes, y a la misma hora, se conmemora la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo; culminando la Semana Santa hacia la medianoche del Sábado al Domingo con la Gloria de la Resurrección.

Los prodigios milagrosos que realizaba el Mesías, como Hijo de Dios, preocupaban a «los grandes» de Jerusalén, es decir, a las clases Altas y Cultas que colaboraban con Roma, porque no entendieron el mensaje de Cristo Jesús, que vino a liberar al hombre de la esclavitud de su propio egoísmo; con sus enseñanzas…, con sus ejemplos…, con su vida…; quien tenía entre el pueblo de Israel numerosos y apasionados seguidores, sobre todo entre la clase humilde, que sí entendieron Su mensaje.

La Semana Santa, en Villarrubia, se destaca por su sobriedad, seriedad y respeto, y los cortejos procesionales que desfilan por sus calles conmemoran con gran brillantez esta efeméride, cargada de solemnidad religiosa. Todo ello, motivado por la ejemplar organización de las Hermandades de Pasión, que hacen de estos desfiles procesionales, con tan numerosa participación de hermanos de sus tres cofradías, sean motivo de admiración de cuantos villarrubieros ausentes acudimos estos días, asó como de tantas personas ajenas a nuestro pueblo que nos visitan cada año. Desde aquí, doy ánimo a la Junta de Hermandades de Pasión para que continúen en esta línea de superación.

En estas fechas, debemos buscar un reencuentro espiritual íntimo y no convertir la fiesta sólo en unos días de vacaciones; que es, en fin de cuentas, en lo que últimamente se ha convertido la Semana Santa para muchos de nosotros.

Ciudad Real, Febrero de 1992

FABIÁN MARTÍNEZ REDONDO

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