El presidente de la entidad, Jesús Julián Casanova, aboga por reforzar el proyecto comercial para «obtener más valor añadido”, a tenor de los ingresos de la primera campaña conjunta
El grupo de comercialización vinícola Vidasol, formado por tres cooperativas ciudarrealeñas y dos toledanas contará en la próxima vendimia con un sistema informático que permitirá realizar las gestiones contables de manera conjunta, y así “dar más transparencia” a todas las operaciones comerciales de la sociedad.
Es una de los acuerdos alcanzados en la última directiva de la agrupación, que lleva poco más de un año funcionando, y que, según su presidente, Jesús Julián Casanova, dará opción a todos los socios a acceder de manera telemática a la gestión interna del grupo, aunque desde el principio las relaciones “son excelentes”.
Al parecer, este sistema de planificación de recursos empresariales (ERP) de la cooperativa de crédito “está muy implantado entre las cooperativas de la región”.
El también presidente de la Cooperativa ‘El Progreso’, de Villarrubia de los Ojos, que lleva dos meses al frente del grupo, ha explicado que el sistema telemático de gestión contable integrado “estará listo” en la próxima campaña, y permitirá que las cinco cooperativas que conforman el grupo “puedan ver las cuentas”, y tener acceso a los datos de recolección, existencias, elaboración de vinos, contratos, retiradas, cobros e ingresos.
Casanova ha concretado que el personal del grupo “es mínimo” y lo componen un director comercial, un contable y un coordinador de las operaciones
Integraciones
En cuanto a la suma de nuevos socios comerciales, “seguimos abiertos” y “sin avances” en las conversaciones con otas entidades de la provincia y la región, una situación que Casanova lamenta porque “nos falta muy un poco” para alcanzar los 45 millones y ser reconocida como Entidad Asociativa Prioritaria de Interés Regional (EAPIR).
“Con otra incorporación tendríamos el tamaño idóneo para trabajar con más valor añadido, y para generar una estructura sólida y de futuro”, comenta a lanzadigital.
Casanova aboga por dar dimensión al sector vinícola, a través de sociedades agrupadas y fusiones de grupos, con el fin de “competir mejor en los mercados internacionales”.
Por ello, deplora que no hayan tenido éxito la integración con Hispánica de Comercialización, de Cuenca y Albacete, que a su vez se ha convertido en cooperativa de segundo grado, o las conversaciones con otras bodegas, a las que “les falta la energía y las ganas para dar el paso”.
“Para dar el paso hay que creérselo y apostar por este modelo asociativo que te hace ser más fuerte”, defiende.
Sigue pendiente la decisión de la cooperativa de Santa Catalina, de La Solana, una de las promotora s de Vidasol, que al final se quedó fuera, así como están hablando con otra cooperativa de Almodóvar del Campo para la incorporación de su sección de vinos.
El grupo está formado por ‘El Progreso’, ‘Los Pozos’, de Daimiel (ambas fueron las fundadoras), la Sociedad Cooperativa Oleovinícola de Castilla-La Mancha ‘Campo de Calatrava’ de Bolaños, y las toledanas ‘Castillo de Consuegra’ y ‘Cristo del Prado’, de Consuegra y Madridejos, respectivamente.
Su primer año de comercialización “ha sido muy positivo”, y han vendido el 95% de su producción vinícola en condiciones económicas más ventajosas para sus productores, con 85 millones de litros de vino y mosto de los 90 millones de litros producidos, tras recoger 130 millones de kilos de uva.
La vendimia de 2018 se retrasará quince días, y en el caso de la Cooperativa ‘El Progreso’ están diseñando los planes de campaña, con el inicio de la corta de uva de la variedad chardonnay prevista para el 15 de agosto.
