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Flores

Productos1 PersonaTiempo de preparación30 mins

 1 huevo
 300 ml leche
 180 grs harina de reposteria
 1 pizca de sal
 1 cuchadarita de canela
 Azúcar para rebozar las flores
 Abundante aceite de oliva suave o de girasol para freír
Las Flores manchegas son un dulce tradicional de Semana Santa en Castilla La Mancha, aunque nuestra recomendación es disfrutarlas siempre que apetezcan, con moderación, pero en cualquier época del año. Teníamos muchas ganas de hacerlas, aunque las habíamos comido muchas veces, siempre habían sido compradas y ya sabéis lo que nos gusta disfrutar de lo que hacemos con nuestras manitas, con materias primas de la calidad que nosotros deseemos y sin conservantes.
1

Vertemos la leche en un bol y añadimos el huevo ligeramente batido. Removemos.

2

Añadimos la harina, la canela y la sal. Trabajamos la masa con unas varillas hasta que la harina haya quedado totalmente integrada y obtengamos una masa sin grumos.

3

Calentamos abundante aceite para hacer las flores. Es importante que mientras calientas el aceite, dejes el florón con el que vas a hacer las flores manchegas dentro de él, para que vaya calentándose también y después cuando lo mojes en la masa, ésta se adhiera al molde y no resbale.

4

Cuando el aceite esté caliente, sacamos el florón, lo escurrimos un poco y lo introducimos en nuestra masa hasta casi llegar al borde, pero teniendo mucho cuidado de no introducir el molde entero dentro de la masa, pues sería imposible que la flor se despegara después.

5

Seguidamente introducimos el molde en el aceite caliente y esperamos unos segundos. La flor se desprenderá sola.

6

Retiramos el florón y dejamos que la flor se haga hasta que se dore. Le damos la vuelta y dejamos que se haga por el otro lado.

7

Cada vez que vayas a hacer una nueva flor, recuerda mojar el florón en el aceite caliente unos segundos, para que no se quede frío y la masa siga pegándose bien al molde cuando lo introduzcas en ella.

8

Vamos dejando las flores sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite y seguidamente, cuando aún están calientes, las rebozamos con cuidado por el azúcar. También podemos decorar con un poquito de miel.