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La familia de Dolores Gozas considera que la “alevosía” y la “brutalidad” del ataque justifican la solicitud. Es la primera que vez que un abogado plantea esta pena excepcional en Ciudad Real en un caso que todavía se instruye en los juzgados de Daimiel
La familia de Dolores Gozas, la mujer de 50 años degollada por su pareja hace un año en Villarrubia de los Ojos, solicitará la prisión permanente revisable para su presunto asesino, José Manuel Illescas. “Es difícil pero queremos demostrar que la alevosía y la brutalidad del ataque justifican una condena así. Entiendo que no hubo ningún arrebato, sino que lo tenía planeado y la pilló a traición, en la habitación”, afirma Miguel López, el abogado que ejerce la acusación particular en nombre de la madre y hermanos de Gozas, natural de Puertollano.
Un año después del asesinato de esta viuda (su marido murió atropellado cuando circulaba en bici), madre de dos hijos de 21 y 14 años, el presunto asesino sigue en prisión provisional y el caso en el juzgado de instrucción número 1 de Daimiel.
Prisión permanente por primera vez en Ciudad Real
“Los trámites principales están [será un caso del tribunal del jurado], entiendo que no debe quedar mucho para que se turne a la Audiencia Provincial y empecemos a calificar las partes. Estamos ante un caso de clarísimo de asesinato en el que vamos a pedir la prisión permanente revisable”, dice López. De formalizarse la calificación en estos términos será la primera vez en Ciudad Real que se solicite esta pena excepcional, equiparable a una cadena perpetua, desde que se modificó el Código Penal en 2015.
Aparte de fiscalía y defensa también está personada la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que tiene la tutela del hijo menor de la fallecida. El chaval estaba con la madre en Villarrubia de los Ojos el 27 de diciembre del año pasado cuando la mató Juan Manuel Illescas, su compañero sentimental (llevaban un año de relación).
No hay testigos directos del crimen
El abogado de la acusación asegura no hay ningún testigo presencial. Una amiga que había estado con ella poco antes había abandonado la casa cuando la agredió, y el hijo estaba en otra habitación, aunque luego encontró el cadáver. Illescas le asestó un corte limpio en el cuello, ni pudo defenderse ni la pudieron socorrer, esa es la versión que sostendrá la familia.
El acusado, al que la Guardia Civil tardó horas en detener y localizar (se refugió en su pueblo natal, Villarta de San Juan), no se lo ha puesto fácil a los investigadores. “Parece que hubo un enfrentamiento previo, una discusión, pero nadie podía prever un ataque tan brutal», dice el abogado.
No reconoció el asesinato
Los testigos refieren discusiones pero nadie había visto agresiones físicas. El acusado en un primer momento no reconoció los hechos y según Miguel López a día de hoy dice que no se acuerda de nada, que estaba drogado.
Llebaban un año juntos
Illescas, de 46 años, también es viudo y tiene retirada la patria potestad de los tres hijos de ese matrimonio, dos de ellos menores, por violencia hacia ellos. Una tía materna de Daimiel tiene la guarda y tutela de los niños. En este caso no había denuncias por malos tratos ni de la asesinada ni de otras parejas.
Ganadero de profesión –de baja médica cuando sucedió esto- a José Manuel Illescas lo detuvo la Guardia Civil pasadas las nueve de la noche del 27 de diciembre en Villarta de San Juan, su localidad natal. La pista de que huyó a casa de un familiar cercano en Villarta tras matar a Dolores, sobre las cinco y media de esa tarde, fue decisiva para la Guardia Civil. Lo buscaron en el domicilio de este familiar pero no estaba, pero encontraron su coche aparcado con el motor todavía caliente y lo detuvieron en la plaza del pueblo.
