FIESTAS CRISTIANAS CELEBRADAS EN OTROS TIEMPOS (I)

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He aquí algunas fiestas preceptivas de guardar, en el año 1575, según mandaba la Santa Madre Iglesia, además de aquellas otras que por las circunstancias que fueren eran voto en esta villa, descritas en las Relaciones Topográficas de Felipe II:

Esta es la pregunta 52 de las referidas relaciones topográficas la cual indica que se digan: «Las fiestas de guardar y días de ayuno, y de no comer carne, que en el pueblo se guardasen por voto particular, además de las de la Iglesia, y las causas y principio de ella».

Así contestaron los vecinos de Villarrubia, designados para ello:

«La Pascua de Navidad que es el primer día de la fiesta del Nacimiento de Nuestro Salvador Jesuchristo y el segundo día se guarda que es el día de San Esteban, el tercero día de señor san Juan (Evangelista) y el cuarto dia de los Inocentes. Guardase en esta villa la Circuncisión de Nuestro Señor Christo que es día del año nuevo, mas se guarda en esta villa la fiesta de los Reyes, San Antonio Abad, es voto en esta villa San Fabián y San Sebastián, se guarda es esta villa San Ildefonso Arzobispo de Toledo, tiene voto en esta villa de guardar la fiesta de Nuestra Señora de la Paz que esta votada»

«Guardase en esta villa la fiesta de la Purificación de Nuestra Señora que es la fiesta de las Candelas y la fiesta de San Mathias Apostol. Guardase la Anunciacion de Nuestra Señora de Marzo que es la fiesta de la Encarnacion…»

El origen y el motivo de las fiestas que se celebraban por voto lo desconocemos, aunque es de suponer se debiera a las calamidades que acontecían por aquellas fechas, pues por diversas causas como enfermedades parasitarias de las que había gran mortandad de personas por las fiebres tifuideas y las tercianas provocadas por los mosquitos anofeles de los que abundaban en las aguas encharcadas y pantanosas de nuestro término municipal. A este respecto, la contestación a la pregunta 17 de las referidas relaciones topográficas dijeron: «… e que es tierra sana de ordinario, aunque algunas veces se ha visto haber algunas enfermedades e muertes en demasia …». Igualmente se celebraban por voto por los hielos que hacían mucho daño a los cereales y a las viñas y por las plagas del campo, como la langosta que arrasaban las cosechas, así como las orugas de las viñas.

Este trabajo no es un tratado de Hagiología, ni se pretende tal cosa, aunque si trataremos muy brevemente un pequeño pasaje de la vida de aquellos Santos, cuya festividad dejó de celebrarse – no sabemos desde cuándo -, y el motivo por el que aquí se celebraba su festividad.

Escapa a nuestro saber por qué se festejaba en esta villa a San Felipe y a Santiago Apóstol llamado el Menor, solo sabemos lo que dice este antiguo documento y el mismo día, de la Cruz de Mayo, o sea el 3 de Mayo, que es cuando aquí se saborea el dulce y característico hornazo.

Aunque no vamos a tratar la hagiología de estos Santos, sí vamos a ver algo de sus vidas y circunstancias.

De San Felipe Apóstol diremos que, cuando Jesús determinó salir para Galilea se lo encontró y le dijo: sígueme. Entonces Felipe quiso hacer partícipe de esta compañía a su amigo Natalael, que según todos los indicios, no es otro que el apóstol san Bartolomé. Felipe, que condujo a Natalael a Jesús, tuvo la célebre conversación con Jesucristo que refiere el Evangelio de San Juan. Le dice Felipe a Natalael: Aquél de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas lo hemos encontrado: a Jesús, hijo de José de Nazaret. Natalael le replicó: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Felipe le contestó: Ven y verás. Vio Jesús que se acercaba Natalael y dijo de él: Ahí tenéis a un israelí de verdad, en quien no hay engaño. Natalael le contesta: ¿De qué me conoces?. Jesús le responde: Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. Natalael respondió: Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel. Y gracias a la intervención de Felipe también Natalael creyó en Jesús y le siguió. Y ambos fueron invitados con su Maestro a las bodas de Caná de Galilea.

Santiago el Menor. Apóstol, primo hermano de Nuestro Señor Jesucristo y obispo de Jerusalén. San Marcos lo menciona dándole por sobrenombre el Menor, el mismo que cita san Mateo al llamar a una de las mujeres que se hallaban en el Calvario: María, madre de Santiago el Menor. Los datos acerca de su vida y martirio nos dicen que se le tenía por santificado en el seno materno; y que a fuerza de orar de rodillas, tenía éstas duras como piel de camello. Los escribas y fariseos, heridos por la constancia de Santiago el Menor por afirmar la divinidad de Jesucristo, a los noventa y seis años de su edad, le hicieron subir al pináculo del templo, desde donde pudiera oírle toda la multitud, esperando vencerle con la amenaza de despeñarlo si no negaba la fe en Jesucristo; pero como esto no ocurría, despechados lo hicieron así, y como no quedó muerto, lo remataron a pedradas, y mientras lo apedreaban él iba diciendo: «Señor, perdónalos, que no saben lo que hacen», por fin lo remataron con el palo de un batanero.

La Invención de la Santa Cruz.- No llego a comprender el por qué se dice Invención de la Santa Cruz, cuando en realidad, según mi modesto entender, debería pronunciarse hallazgo de la Santa Cruz, de acuerdo la siguiente narración: La Iglesia católica dedica el 3 de Mayo a honrar la Cruz del Salvador, porque en tal fecha fue hallada después de haber permanecido largo tiempo ignorada. Desde que el emperador romano Constantino El Grande, vio en el cielo aquella resplandeciente cruz con las palabras In hoc signo vinces (con este signo vencerás), enalteció aquel instrumento de suplicio, y sustituyó con él el emblema de las águilas romanas en los estandartes y lo grabó en las monedas del Imperio. La madre de este Emperador, Santa Elena, a la vista de esta revelación y conversión de su hijo al cristianismo no descansó hasta encontrar la verdadera cruz en que Jesucristo había dado su vida por redimir al mundo. Así, la reina madre, determinó ir a Jerusalén a visitar aquellos Santos Lugares y buscar el sagrado madero de la Redención. Tuvo muchas dificultades y habiendo oído de los ancianos de la ciudad (algunos afirman que por revelación divina) que la cruz se hallaba en uno de los huecos del Santo Sepulcro, hizo excavar aquel lugar, y, en efecto, dio con la reliquia deseada. Pero surgió que hallaron tres cruces, o sea la de Jesucristo y las de los dos ladrones crucificados con él, y siendo las tres iguales, sin señal alguna que las distinguiese, San Macario, que era patriarca de Jerusalén, inspirado por Dios, aplicó las tres cruces a una mujer gravemente enferma y mientras el contacto con las otras dos cruces no hizo nada en élla, al tocar la tercera quedó repentinamente curada. Con estos prodigios quedó evidenciado que aquella era la verdadera cruz en que Jesucristo había llevado a cabo la obra de la Redención, y Santa Elena mandó hacer de élla tres partes, quedando una en Jerusalén, mandando otra a Constantinopla, que era entonces la Capital del Imperio, y otra a Roma. Estos hechos tuvieron lugar en el año 326 D.C.

Dimas.- Uno de los muchos foragidos que infestaban la Palestina en tiempo antiguo. Cuenta una leyenda que cuando la huida a Egipto de San José, la Virgen y el Niño fueron detenidos por la partida de bandoleros que capitaneaba Dimas, el cual, contra su costumbre, los dejó en libertad. Años más tarde, apresado por Pilatos, fue crucificado con otro ladrón, Gestas, junto a Jesús, y como Gestas insultara a éste, Dimas le interpeló diciéndole: «¿Ni aun estando en el suplicio temes a Dios?» Y volviéndose a Jesús, le dijo: «Señor, acuérdate de mí cuando vinieres a tu reino»; a lo que Jesús le contestó: «En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Evangelio de San Lucas, 23, 43). Por ello a Gestas se le denomina el mal ladrón, y Dimas figura en el martirologio romano y se le recuerda el 25 de marzo. El travesaño de la cruz donde murió se conserva en la iglesia de la Santa Cruz, de Roma. En El Triunfo, de Tizano, y en El Juicio, de Miguel Ángel, figura el buen ladrón en sitio preferente, y también está representado en una vidriera de la catedral de Bourges (Francia).

Morir en la Cruz.- Este tipo de penas se aplicaba en el Estado romano a rebeldes, criminales, bandidos y culpables de delitos de Lesa Majestad. No se trataba sólo de morir sino de hacerlo de forma indigna y deshonrosa. La cruz se realizaba en madera de olivo y tres grandes clavos se encargaban de fijar al reo a la cruz. Los dos clavos del frontal se insertaban entre el cúbito y el radio y el tercero atravesaba los talones a la vez, pues presentaba una largura de unos diecisiete centímetros. El reo mantenía una posición forzada con las piernas flexionadas hacia un lateral mientras el tronco y la cabeza se mantenían en posición frontal. No se sabe con certeza si esta disposición era general o simplemente se relacionaba con el crimen cometido por el reo. Lo cierto es que son innumerables las crucifixiones llevadas a cabo en la inestable región de Palestina durante el siglo I D.C.

San Cristóbal.- Mártir cristiano. Nació en Siria o Palestina. Dícese que pasaba viajeros sobre sus hombros a través de un torrente y que se le apareció Cristo niño, al que reconoció por su peso abrumador. Convertido al cristianismo, padeció martirio bajo el reinado del emperador Decio (hacia el año 250). Su nombre (que en griego es Christophóros) está formado por la palabra latina Christus (Cristo) y la griega phoros (portador). Es patrón de los automovilistas. Su fiesta se celebró el 10 de Julio hasta ser excluido por Pablo VI del Calendario Eclesiástico oficial.

La celebración de esta fiesta en Villarrubia, que permanece con gran arraigo, ha llegado a nuestros días con una fuerte tradición, en la que ha jugado un papel importante la gastronomía, como es el típico hornazo y el popular bateo que son alicientes costumbristas. Fiesta que se celebra como gira campestre en la que toma parte gente de todas las edades que marcha jolgoriosa al cerro señero de San Cristóbal para comerse el hornazo allí, en torno a la Ermita, en bulliciosa alegría siendo una vianda propia de ese día de la Cruz de Mayo. En otros tiempos, había cierta costumbre en que la madre del mozo, que tenía novia, regalaba a la futura nuera un hornazo de grandes proporciones conteniendo abundancia de huevos, donde rivalizaban las madres en su contenido y presentación.

Quizá la celebración de esta fiesta en Villarrubia desde las fechas que se refiere este trabajo sea el origen y tradición de subir a la Ermita de San Cristóbal a comerse allí el tradicional hornazo, pues por aquellas fechas ya existía esta Ermita.

Todas ellas son la historia misma que configuró nuestra forma de ser y le dio autenticidad. Aunque en años de penuria y escasez no se pudiera desenvolver en la abundancia, cada familia se las ingeniaba para que ese día no faltase para celebrarlo. Tenemos sobre esto varios recuerdos de nuestra infancia. Eran los años de la posguerra cuando España se debatía en la escasez. Pero aún así celebrábamos el día del hornazo como podíamos, porque no faltaba la buena voluntad de nuestras madres que se prestaban a preparar los ingredientes para que ese día no faltase el típico hornazo, pasando así una hermosa y cálida mañana de asueto, siendo enormemente felices con tan poca cosa. Hoy se sigue celebrando, pero al nadar más en la abundancia, no parece que sea tan suculento ni se desea tanto su llegada.

SON FIESTAS OLVIDADAS.

Estas dos últimas se festejan, pero no son de guardar, por lo tanto no es preceptiva su celebración. He aquí todas las fiestas que se celebraban:

«Las fiestas de guardar y días de ayuno, y de no comer carne, que en el pueblo se guardasen por voto por particular, demás de las de la Iglesia, y las causas y principio de ella». Así es la pregunta número 52 del interrogatorio del año 1575 contenido en las relaciones topográficas de los pueblos de España, mandadas a hacer por Felipe II. Esto es lo que manifiestan los vecinos de Villarrubia designados para ello.

«En cuanto a los cincuenta y dos capítulo dixeron que en esta villa se guardan las fiestas siguientes»:

La Pascua de Navidad que es el primer día de la fiesta del Nacimiento de Nuestro Salvador Jesuchristo, y el segundo día se guarda … el día de San Esteban. San Esteban, protomártir de la fe cristiana, cuya memoria es celebrada por la Iglesia católica desde fecha inmemorial el 26 de Diciembre. Es el primero de los elegidos por la Iglesia naciente para el cargo de diácono. La primera vez que a este propósito le menciona san Lucas lo llama varón lleno de fe y de Espíritu Santo. Su ministerio en bien de la recién fundada religión Cristiana fue brevísimo, creyéndose que murió apedreado por el populacho el mismo año de la muerte del Señor. Es patrón de los auxiliares de los templos (sacristanes, monaguillos, campaneros, eccétera).

Al tercer día de la Navidad se guardaba la fiesta de San Juan Evangelista, que es el día 27 de Diciembre. Llamado el Teólogo, el más íntimo y familiar de Cristo. Hijo de Zebedeo y de Salomé, era hermano menor de Santiago el Mayor. Vino a conocimiento de Jesús por medio del Bautista. Señalado Jesús por Juan Bautista como cordero de Dios. Siguió a Jesús con Andrés, Pedro, Felipe y Natalael a Galilea, y allí asistió a las bodas de Caná. Después de la pesca milagrosa, fiel a la voz de su Maestro, dejó a su familia y hacienda para seguir a Cristo como discípulo. Lo que distingue a san Juan de los otros Apóstoles es haber sido objeto de singular predilección y ternura de amor por parte de Jesús, manifestada de un modo especial en la última Cena al hacerle saber el nombre del traidor. Al principio de la Pasión huye como los demás Apóstoles, pero pronto el amor a su Maestro le impulsa a seguirle al Calvario hasta la Cruz, donde recibió el legado más precioso de Cristo moribundo, su santísima Madre, a quien desde entonces miró como madre suya. En tiempos de Domiciano fue conducido a Roma, donde padeció martirio en una tina de aceite hirviendo.

Al cuarto día de la Navidad se guardaba la festividad de los Santos Inocentes. Explica el evangelio, según san Mateo, la matanza de los Niños Inocentes al siguiente tenor: «Entonces Herodes, al verse burlado por los Magos, se irritó mucho, y mandó matar a todos los niños que había en Belén y en toda su comarca de dos años para abajo, conforme el tiempo que había averiguado de los Magos».

El día de esta festividad, En la Edad Media, los auxiliares de los templos (sacristanes, campaneros, monaguillos, etc), se entregaban a una serie de diversiones y pasatiempos dentro de las mismas iglesias, de lo más incompatible con el lugar de la escena. Se llegó al extremo de introducir en el coro un jumento, cantándose delante de él la famosa prosa del asno. Las autoridades eclesiásticas y civiles comprendieron que era necesario poner coto a tamaños excesos. La censura de los obispos prohibieron tales excesos y exigía mayor moderación y dignidad en la casa del Señor. La fiesta de los Inocentes desapareció casi en todas partes ya en el siglo XVI.

San Fabián y San Sebastián se guardan en esta villa. San Fabián, Papa y mártir, empezó a gobernar la Iglesia en 236 y fue martirizado en 250, el 20 de Enero, día en que se le conmemora. De su elevación al sumo pontificado se dice que, muerto el papa Antero, asistió a la elección movido del deseo de saber cuál fuese el resultado, cuando una paloma vino a posarse sobre su cabeza, moviendo esto a todos unánimemente a proclamarle. Su pontificado, después de ser dificultoso durante el imperio de Gordiano III, fue fácil y fructuoso para la Iglesia durante los dos Filipos (244-249). San Sebastián.- Soldado del ejército romano, en el que ingresó en el año 269, fue tenido en gran estima por los emperadores Maximiano y Diocleciano. Ya era cristiano y se aprovechó de este valimiento en servicio de la Iglesia, y el Papa san Cayo le distinguió con el título de defensor Ecclesiae. Confortaba a los cristianos que eran perseguidos. Sabedor Diocleciano de estos actos de San Sebastián, e indignado al ver que el hombre en quien había puesto su confianza era un cristiano de acción, lo condeno a ser asaeteado en campo abierto por los arqueros. Al recoger el cadáver una piadosa viuda, le halló vivo, y llevándole a su casa le curó las heridas, quedando sano en pocos días. Entonces se presentó ante Diocleciano exhortándolo a dejar el culto de los falsos dioses. Estupefacto el emperador al ver en su presencia al que creía muerto, mandó apalearlo hasta que expirase, y así dio su vida al Señor.

San Ildefonso, Arzobispo de Toledo, tiene voto en esta villa. Fue uno de los más grandes obispos del siglo VII, y ejerció una influencia extraordinaria en los sucesos políticos y religiosos de su tiempo. «Era, dice un contemporáneo suyo, grave en su andar, humilde, paciente, insuperable en la sabiduría, agudo en sus razonamientos y tan favorecido en las gracias de la elocuencia, que cuando hablaba parecía que el mismo Dios hablaba por su boca». Su fiesta se celebra el 23 de Enero. Escribió varias obras en prosa y en verso.

6 Virgen de la Paz.- Se tenía votado, esta villa, la fiesta de Nuestra Señora de la Paz, que es el 24 de Enero.

«Guárdase en esta villa la fiesta de la Purificación de Nuestra Señora que es la fiesta de las Candelas…» Fiesta que la Iglesia católica conmemora el acto de la purificación de la Virgen María después del parto de Jesús y el de la presentación de éste en el templo, el día 2 de Febrero. La ley de Moisés presquibía que cuando una mujer había tenido un niño varón debía considerarse impura durante siete días, lo que no podía hacer hasta treinta y tres días después de cumplido aquél septenario. María se sometió a la ley mosaica presentando a Jesús al sacerdote, y Dios aprovechó aquella ocasión para que pudieran contemplar al Mesías. En Occidente se celebra como fiesta de la Virgen María y se llama la Purificación. El nombre más usual es el de Candelaria, que viene de las candelas o velas que es práctica bendecir y llevar encendidas en esta festividad.

«Guárdase en esta villa la fiesta de…» San Matías. Lo principal que se sabe del Apóstol san Matías es su elección para el apostolado. En los días intermedios entre la Ascensión y Pentecostés, san Pedro, viendo que con la traición de Judas Iscariote quedaba incompleto el número de los Doce Apóstoles, propuso que se designase en su lugar uno que hubiese seguido al Señor durante todo el tiempo de su vida pública, para que pudiera dar testimonio de su resurrección, por lo que fue elegido san Matías, ya que éste lo había seguido desde el Bautismo hasta su Ascensión. Su fiesta se celebraba, el día 24 de Febrero, que dio lugar a incluir en el refranero aquel que dice: «Para san Matías se igualan las noches con los días». pero a partir del año 1971, su festividad es el 14 de Mayo.

«Guárdase la Anunciación de Nuestra Señora de Marzo…» que es el día 25. Festividad que la Iglesia católica celebra el misterio que San Lucas relata en uno de los pasajes de su evangelio, y dice que en el sexto mes de la concepción del Bautista, el ángel Gabriel se presentó a María, la saludó con muestras de profunda veneración y le dijo que sería la madre del hijo del Altísimo, heredero de David y de Jacob; que la concepción sería por virtud del Espíritu Santo, con lo que ella quedaría siempre virgen. Es esta una de las fiestas más antiguas en honor de la Virgen. El misterio está vinculado con el de la Encarnación, y toda la serie de misterios que se realizan en la persona de Jesús tienen su inauguración en el día de la Anunciación. La fiesta se remonta sobre el siglo VII, conociéndose por primera vez en el concilio de Toledo en 656, que la fijo en 25 de marzo.

«…Guárdase la fiesta de San Marcos Evangelista…», el día 25 de Abril. Escribió el segundo Evangelio. Encarcelado san Pedro y milagrosamente liberado, se fue directamente a la casa de María, madre de Marcos, lo que nos revela una relación muy especial entre Pedro y la familia de Marcos. Las personas mayores recordarán que este día los curas de la parroquia salían a bendecir los campos. Hay una composición poética que popularmente se recitaba así:

Agua San Marcos,
rey de los charcos,
para mi triguito
que está muy bonito
para mi cebada
que ya va granada
para mi melón
que ya tiene flor
para mi sandía
que ya está florida
para mi aceituna
que ya tiene una.

«Guárdase en esta villa San Felipe y Santiago el Menor, y la Invención de la Santa Cruz se guarda en esta villa porque es voto della…». Se festejaba en esta villa la fiesta de San Felipe y Santiago Apóstol llamado el Menor, y el mismo día, de la Cruz de Mayo, o sea el 3 de Mayo, que es cuando aquí se come el dulce y característico hornazo.

San Felipe. Cuando Jesús determinó salir para Galilea encontró a Felipe y le dijo: sígueme. Entonces Felipe quiso hacer partícipe de esta compañía a su amigo Natalael que según todos los indicios, no es otro que el apóstol san Bartolomé. San Felipe Apóstol, que condujo a Natalael a Jesús, tuvo la célebre conversación que refiere el Evangelio de San Juan con Jesucristo. Le dice Felipe a Natalael: Aquél de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas lo hemos encontrado: a Jesús, hijo de José de Nazaret. Natalael le replicó: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Felipe le contestó: Ven y verás. Vio Jesús que se acercaba Natalael y dijo de él: Ahí tenéis a un israelí de verdad, en quien no hay engaño. Natalael le contesta: ¿De qué me conoces?. Jesús le responde: Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. Natalael respondió: Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel. Y gracias a la intervención de Felipe también Natalael creyó en Jesús y le siguió. Y ambos fueron invitados con su Maestro a las bodas de Caná de Galilea.

Santiago el Menor. Apótol, primo hermano de Nuestro Señor Jesucristo y obispo de Jerusalén. San Marcos lo menciona dándole por sobrenombre el Menor, el mismo que cita san Mateo al llamar a una de las mujeres que se hallaban en el Calvario: María, madre de Santiago el Menor. Los datos acerca de su vida y martirio nos dicen que se le tenía por santificado en el seno materno; y que a fuerza de orar de rodillas, tenía éstas duras como piel de camello. Los escribas y fariseos, heridos por la constancia de Santiago el Menor por afirmar la divinidad de Jesucristo, a los noventa y seis años de su edad, le hicieron subir al pináculo del templo, desde donde pudiera oírle toda la multitud, esperando vencerle con la amenaza de despeñarlo si no negaba la fe; pero, despechados, lo hicieron así, y como no quedase muerto, lo remataron a pedradas y, mientras él iba diciendo: «Señor, perdónalos, que no saben lo que hacen», por fin lo remataron con el palo de un batanero.

Invención de la Santa Cruz. La Iglesia católica dedica el 3 de Mayo a honrar la cruz del Salvador, porque en tal fecha fue hallada después de haber permanecido largo tiempo ignorada. Desde que el emperador Constantino, habiendo visto en el aire aquella resplandeciente cruz con las palabras In hoc signo vinces, había enaltecido aquel instrumento de suplicio y deshonra, sustituyendo con él el emblema de las águilas romanas en los estandartes y grabándolo en las monedas del Imperio. Su madre Elena no descansó hasta encontrar la verdadera cruz en que Jesucristo había dado su vida por redimir al mundo. Así, la reina madre, determinó ir a Jerusalén a visitar aquellos Santos Lugares y buscar el sagrado madero de la Redención. Tuvo muchas dificultades y habiendo oído de los ancianos de la ciudad (algunos afirman que por revelación divina) que la cruz se hallaba en uno de los huecos del Santo Sepulcro, hizo excavar aquel lugar, y, en efecto, dio con la reliquia deseada. Pero surgió que hallaron tres cruces, o sea la de Jesucristo y las de los dos ladrones crucificados con él, y siendo las tres iguales, sin señal alguna que las distinguiese, san Macario, que era patriarca de Jerusalén, inspirado por Dios, aplicó las tres cruces a una mujer gravemente enferma y mientras el contacto con las otras dos cruces no hizo en ella nada, al tocar la tercera quedó repentinamente curada. Con estos prodigios quedó evidenciado que aquella era la verdadera cruz en que Jesucristo había llevado a cabo la obra de la Redención, y santa Elena mandó hacer de ella tres partes, quedando una en Jerusalén, mandando otra a Constantinopla y otra a Roma. Este hecho tuvo lugar el año 326.

Quizá la celebración de esta fiesta en Villarrubia desde las fechas que se refieren en este trabajo sea el origen y tradición de subir a la Ermita de San Cristóbal a comerse allí el tradicional hornazo, pues por aquellas fechas ya existía esta Ermita.

«Guárdase en esta villa la fiesta de San Gregorio Nacianceno, 9 de Mayo porque lo tiene votado…» Llamado también en Teólogo. Nació en 330. Hijo de Gregorio, obispo de Nacianzo y de Noma, matrona cristiana, que le educó en la sólida piedad, logró en 360 la vuelta de su padre al seno de la Iglesia, de la que se había separado. En 361 fue ordenado sacerdote por su propio padre, a instancias de los fieles de Nacianzo. En 372, por complacer a san Basilio, fue consagrado obispo por él en Nacianzo. Del 372 al 374 compartió con su padre la pastoral, pero cuando en 374 recibió el doloroso golpe de los fallecimientos sucesivos de su padre, su madre, su hermano Cesáreo, su hermana Gorgonia y su confidente san Basilio, abatido quiso consagrarse a una vida de soledad. En 379 se restituyó en Constantinopla el templo a los católicos convocando un concilio en 381, de donde salió san Gregorio Nacianceno a la cabeza de la Iglesia. Su actividad durante este período fue grande: su predicación, tan brillante que el mismo san Jerónimo no se desdeñó de ir a Constantinopla para oírle; sus enseñanzas tan contundentes que persuadió a 36 obispos semiarrianos adherentes entonces a la herejía macedoniana a abrazar la verdadera doctrina relativa al Espíritu Santo. Las características más salientes de san Gregorio Nacianceno, son su hábil retórica, fundada más en sus dotes naturales, como en la literatura de su tiempo, pudiéndose decir de él que cubrió con sus composiciones poéticas una laguna para los cristianos, que se veían precisados a seguir a los autores paganos para cultivar la poesía.

«Guárdase en esta villa la fiesta de San Bernabé Apóstol con su vigilia». Su historia es brillante en la primitiva misión apostólica. Presenció la curación del paralítico de treinta y ocho años, por Jesús, en la piscina de Betsaida. Desde entonces se le unió con entrañable afecto. Vendió un campo que poseía en Jerusalén, para entregar el dinero a los apóstoles con destino al sustento de la naciente comunidad cristiana. Después del martirio de San Esteban, fue elegido por los apóstoles para ir a Antioquía y predicar el criterio que debía seguirse en la cuestión de admitir paganos a la fe cristiana. Operaba numerosas conversiones en Salamina, cuando unos judíos venidos allí desde Siria le apedrearon y le quemaron. Cuando milagrosamente fue descubierta su tumba, en el año 488, tenía aún sobre su pecho el Evangelio de san Mateo, que él mismo había reproducido. Su fiesta el día 11 de Junio.

«Guardase en esta villa la natividad de San Juan Bautista, con su vigilia…» Precursor del Mesías, hijo de San Zacarías y de Santa Isabel. Bautizó a Jesús, y por eso recibe el sobrenombre de Bautista. En él se distinguen su infancia, su ministerio y su muerte.

Su nacimiento fue anunciado por Malaquías, y fue así: A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: ¡No! Se va a llamar Juan.

Le replicaron: Ninguno de tus parientes se llama así.

Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: Juan es su nombre. Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios (y es que Zacarías estaba mudo, porque, al anunciarle el ángel Gabriel que su mujer Isabel le daría un hijo que se llamaría Juan, se mostró incrédulo y el ángel, para castigarlo, le dijo que permanecería mudo hasta que naciera el niño). Los vecinos quedaron sobrecogidos; y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían, reflexionaban diciendo: ¿Qué va a ser este niño? Porque la mano de Dios está con él.

Su ministerio fue la predicación, la oración y la penitencia. San Juan Bautista, llegado el tiempo de predicar en reino de Dios, Jesús fue al Jordán para que el Bautista le diera el bautismo que dispensaba a los pecadores. Éste le conoció, sin haberlo visto jamás, y rehusó, por creerse indigno administrarle el bautismo. Por fin accedió a la indicación de Jesús. Salido Jesús del agua, vio Juan que de los cielos abiertos bajaba en Espíritu Santo en forma de paloma y se oyó una voz que decía: Este es mi Hijo muy amado en quien tengo mis complacencias. La introducción de la fiesta del bautismo de Jesús parece que fue posterior a la de la Epifanía. La importancia cristiana de este Sacramento ha hecho que reprodujeran el ceremonial los más notables artistas. El bautismo de Jesús se encuentra figurado en numerosos monumentos cristianos desde principios del siglo II.

San Juan Bautista, decapitado. Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande (el de los Santos Inocentes) mandó prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Felipe, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía, porque, cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: Pídeme lo que quieras, que te lo doy.

Y le juró: Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.

Ella salió a preguntarle a su madre: ¿Qué le pido?

La madre le contestó: La cabeza de Juan, el Bautista.

Ella entró en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.

El rey se puso muy triste; pero por el juramento y los convidados no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre.

Al enterarse sus discípulos fueron a recoger el cadáver y lo enterraron. La Iglesia celebra su fiesta el 24 de junio.

«Guardase en esta villa las cuatro témporas que se celebran en cada un año todos los miércoles, viernes y sábados después de la fiesta de Santa Lucía y de la Ceniza y de la Pascua de Espíritu Santo (Pentecostés, 50 días después de Resurrección) y de la Exaltación de la Cruz en cada un año y son días de ayuno en esta villa…» Témpora, es tiempo de ayuno en el comienzo de cada una de las cuatro estaciones del año. Este ayuno era obligado, por precepto de la Iglesia, en tres días de la semana: Miércoles, Viernes y Sábado. Hoy ha sido sustituido por la simple abstención de comer carne el Miércoles de Ceniza y los Viernes de Cuaresma.

«Asimismo se guarda en esta villa las Letanías menores que son lunes y miércoles, víspera de la Ascensión y viernes y sábado que no se come grosura». Letanías menores, eran rogativas en Procesión que se hacían en los tres días anteriores al de la Ascensión.

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